1. UNA NUEVA VECINA 4


    Fecha: 15/11/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Efigenia, a pesar del nombre de vieja, era joven, fresca, dulce, casi niña, casi prohibida, por lo que tenía miedo de derramarme antes de lo necesario. No era por temor a dejarla embarazada, sino de que no pueda disfrutar el máximo del tiempo posible. Cuanto más goce, más veces querrá coger conmigo. Eso es lo que me importa. No sé porque, o por eso mismo, deseo a esta nena más que a nadie en este momento.
    La alcé con mis brazos. Ella se tomó de mi cuello. Verla totalmente desnuda, en mis brazos, era maravilloso. La deposité suavemente sobre la cama. 
    -Así, mi amor, así, boca arriba.
    Me arrodillé frente a ella, entre sus piernas. Las levanté y las tomé de los tobillos, bien abiertas. La conchita se veía maravillosamente, con un suave vello castaño, muy clarito, enrulado, que no cubría para nada sus labios externos, gorditos, deseables, sabrosos, que ya había probado, pero que recién ahora tenía una visión total de los mismos.
    Nos mirábamos a los ojos.
    -Mi amor…, agarrame la pija y poné la cabezota justito en la entrada de tu conchita. Guiala bien para que sólo sea tuya…, y vaya adentro, toda, toda… 
    	Yo sabía que le encantaba que le diga estas cosas.
    -Si papi, si. Tengo muchas ganas…
    -Cuando te la meta bien, la vas a sentir. Tenés que decirme si te duele. No quiero forzarte. Quiero que vos te sientas bien, de lo mejor.
    -Si, si, papi. ¡Metémela!
    Ya tenía la pija acomodada justo en su agujerito. Empujé despacito.
    -Tengo el glande dentro de vos. 
    -Si, si, lo siento. ...
    ... ¡Es rico! – El rostro de placer y felicidad de la nena es único.
    Seguí empujando despacito. Habrían entrado unos tres o cuatro centímetros. En el momento sentí la oposición del himen. Empujé. Efi cerró los ojos y se mordió el labio inferior. Era el dolor que ella quería disimular. Empuje con todo. ¡De golpe hasta el fondo! El ¡plof! de los huevos al golpear contra el culo se confundió con el grito de Efi.
    -¡AY! – Y se mordió el labio. Unas lágrimas surgieron de sus ojos. Solté los tobillos y me incliné sobre ella. Fui a lamerle los pezones. Tal vez eso le morigere el dolor. 
    –¡Ah! ¡Aaaahhh! 
    No dijo más nada. La besé ardientemente. Quería de alguna manera mitigar su dolor. Le había dicho que no le iba a doler. Sabía que eso era prácticamente imposible, pero quería que pronto olvidara que le había roto el himen. Me apretó con los brazos el cuello. Yo seguía en su boca. 
    Me quedé quieto, esperando que se relaje. 
    -Despacito mi amor. Relajate. ¿Te duele?
    -No, no. Ya pasó. Te siento lindo. Me gusta.
    Sequé con mis labios las lágrimas que habían brotado de sus ojos. Me moví para sacarla…
    -¡No, no! ¡No me la saqués!
    -No te la saco, mi amor. Te voy a hacer el mete y saca. Si te molesta me decís. – Efi tenía la concha hirviendo.
    -Si, si, despacito…
    Retiré la pija hasta la mitad, más o menos. Recorrí su boca con mi legua. Con mis labios tomaba la lengua de ella. Le metí la pija nuevamente hasta el fondo, y la volví a sacar. Con una de mis manos acariciaba el clítoris.
    -Si, ...
«1234...»