1. MI CUÑADA,ADEMAS DE PRINCESA,RESULTO MUY PUTA 2


    Fecha: 14/09/2018, Categorías: Voyerismo Autor: pevertido, Fuente: xHamster

    ... me cagué en sus muertos. Hecho una furia, me duché con mi cabeza dando vueltas por el lío en el que me había metido. Una vez seco, me quedé mirado la puñetera vestimenta y sin saber por dónde empezar, llamé a Loung en mi ayuda.La jodida chavala se rio al ver mi problema y sin quejarse, me ayudó a vestirme. Como comprenderéis ver a la mujer que me había tirado la noche anterior de rodillas frente a mí mientras me abrochaba el pantalón, me pareció muy morboso y presionando su cabeza contra mi sexo, le pregunté si no quería repetir:―Don Manuel, no insista. Lo de anoche fue un error.Más afectada de lo que sus palabras reflejaban, esa muchacha se dio prisa en terminar, tras lo cual, desapareció corriendo por las escaleras. Solo y alborotado, me miré en el espejo. Tardé en recobrarme al ver la imagen reflejada del grotesco individuo disfrazado de Marajah oriental que era yo. Es que no faltaba ni el dorado chuchillo que, en las novelas de Salgari, eran el símbolo del poder. Estuve a punto de mandar todo a la mierda cuando mi queridísima cuñada apareció por la puerta:―Estás guapísimo― dijo y con lágrimas en sus ojos, exclamó llorando:―¡Cómo te pareces a mi marido! No es solo por tu altura, tienes el mismo porte regio del que me enamoré.―¿Este traje es de mi hermano?― pregunté sin llegarme a creer que Alberto hubiera consentido en llevar esa cursilería.―Sí, es con el que se casó conmigo.Sentí urticaria al pensar que era su “smoking de boda” y por eso le pregunté si no tenía otro.―Lo ...
    ... siento. Es el único con el suficiente empaque para la ocasión.Ajeno a lo que se me avecinaba, me compadecí de su dolor y acepté bajar vestido así. No os podéis imaginar la vergüenza que sentí al recibir a los periodistas de esa guisa y sentado en mi sillón mientras mi cuñada permanecía a mi lado con una mano apoyada en mi hombro.Perdonad pero no os he contado que Sovann iba también con un vestido típico de su país de seda salvaje rosa y adornando su pelo, portaba una pequeña diadema en forma de corona. Los reporteros gráficos aprovecharon nuestro posado para hacernos multitud de fotos y solo cuando ya estaban todos, dio comienzo la rueda de prensa.La princesa, mi cuñada, tomó la palabra y después de hacer una alabanza al rey y al mierda de su presidente, habló de la labor de su difunto marido y prometió que seguiría con más fuerza luchando por el bien de su pueblo. En su corto discurso, no reparó en críticas contra el actual gobierno y señaló las dificultades y penurias que sufrían los campesinos y pobres en su país.Al terminar, me miró con complicidad pero no le devolví la mirada porque estaba encabronado de que hubiera loado a su tío, el monarca, el mismo que la había exiliado. En mi fuero interno, supe que era una cuestión política pero aun así me enojó su servilismo.Hasta allí todo fue normal pero lo grave fueron las preguntas. El primero en preguntar fue un periodista de “El País” que obviando la presencia de mi cuñada, directamente me preguntó:―Don Manuel, ¿es cierto que ...
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