MI CUÑADA,ADEMAS DE PRINCESA,RESULTO MUY PUTA 2
Fecha: 14/09/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: pevertido, Fuente: xHamster
... su hermano murió de un infarto o por el contrario fue asesinado?Antes de responder, sentí la mano de mi cuñada apretando mi hombro, avisándome de que mantuviera la versión oficial.―Que quede claro, Alberto Cifuentes murió como vivió, sirviendo al pueblo que lo acogió como suyo― respondí sin aclarar nada.El reportero no se quedó satisfecho y repreguntó.―¿De qué murió su hermano?―Ya se lo he dicho, cuando el corazón de mi hermano dejó de latir, su alma seguía luchando por los pobres.Viendo que no iba a sonsacarme ningún titular y menos le iba a confirmar el motivo de su fallecimiento, pasó el micrófono a otro periodista. Este empezó siendo más diplomático y dirigiéndose a mi cuñada, le inquirió sobre su permanencia en España.―Tanto Manuel como yo, viviremos en este país mientras nuestro rey lo considere oportuno – y dando por terminada la respuesta, dijo: ―Otra pregunta.Me quedé de piedra cuando me incluyó a mí en sus planes pero empecé a sudar tinta cuando el mismo tipo le preguntó:―Entonces ¿confirma la información de palacio?―¿Cuál?― respondió Sovann con tono duro.―Según el portavoz del rey, después del periodo de luto y siguiendo las costumbres de su pueblo, usted se casará con el hermano de su marido.―Sí, es cierto. Aunque suene extraño bajo la óptica occidental, la familia real samoyana sigue a rajatabla el levirato y su gente así lo espera. Tanto Manuel como yo hemos jurado seguir la labor de Alberto y poner nuestras vidas al servicio de nuestro pueblo.La cara que debí ...
... de poner debió ser un poema pero manteniendo el tipo, me quedé callado aunque en mi fuero interno, deseara estrangular con mis manos tanto a la princesa como a su secretaria.No me habían hablado del “pequeño” detalle que según su cultura, si un marido moría sin hijos, su hermano estaba obligado a casarse con la viuda.Como comprenderéis, el resto de la rueda de prensa me dio igual, solo deseaba que terminara para pedirle explicaciones a esas dos serpientes con forma de mujer. Desgraciadamente para mí, las preguntas se prolongaron durante una hora. Hora en la que mi teóricamente prometida se dedicó a esbozar las medidas que tomaría en el caso de ser nombrada reina sin citarlo. Estrictamente eran consejos para el actual rey pero ningún observador avispado dejaría de comprender que esa iba ser su línea de gobierno.«¡Aunque sea una arpía, es inteligente!», tuve que reconocer al oírla.Al terminar la rueda de prensa, todavía me tocó acompañar a la princesa hasta la puerta y ahí despedir a los medios. Nada más irse el último y como Loung había desparecido, me encaré con la princesa y cogiéndola, le exigí explicaciones:―¡Me haces daño!― protestó― Suéltame y podré explicarte.Fue entonces cuando advertí que llevado por la ira le estaba retorciendo su brazo, avergonzado, la solté, momento que ella aprovechó para ir a mi despacho y sacar de su bolso una carta.Tras depositarla en mis manos, me dijo:―No te dije nada porque Alberto me aconsejó no hacerlo. Me habló de tu terquedad pero también ...