Domingas
Fecha: 15/09/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... tenido guardia, y cuando rezaba por poder volver a quedar con ella en la capital, me ha dado la agradable sorpresa —en esta época no hay AVE todavía, así que el viaje en tren es largo y pesado— de coger una habitación doble en un céntrico afamado hotel de León, por detrás de la Avenida de Ordoño II, a partir del viernes noche. El lunes es fiesta en Madrid, aquí no, así que tengo que estar en el cuartel. Llega en tren a las nueve y media de la noche, y desde una hora antes ya estoy esperando en el bar de enfrente de la estación junto con mis dos amigos, a los que he prohibido que se acerquen a conocer a Mercedes, pero que quieren observarla, aunque sea de lejos para ver si exagero o no con el tamaño de sus tetas.
No voy a quedar por mentiroso. Baja del tren envuelta en un grueso abrigo marengo que lleva sin abrochar. Me da un muerdo en la boca antes de que pueda cogerle la maleta y rápidamente vamos al lugar en donde he aparcado. Le quito el abrigo para que entre en el coche y toco su culo como quien no quiere la cosa, repasándoselo con la mano entera, como si fuera un gesto de deseo y también de propiedad. El vestido que lleva, azul aviación, de punto, ajustado, pone en evidencia su fabuloso pecho y marca el redondo culazo y los muslos. Mis dos amigos seguro que han tomado nota de lo buena que está.
Hemos cenado en la semivacía cafetería del hotel, nos hemos reído mucho, y a la habitación nos llevamos dosgintonics —dice que le parece una guarrada dulzona propia de ...
... maricones eso del vermut con ron que tomamos en el cuartel— que bebemos completamente desnudos sobre la cama. Ya tengo la polla presentando armas.
—Contigo da gusto, corazón, enseguida te pones a tono
—Es que estás muy buena, Mercedes, mucho
Tengo una cámara instantánea Polaroid —la olvidó un recluta al irse de permiso tras la Jura de bandera y me quedé con ella para vacilar con los compañeros— así que hoy la he traído conmigo. Quiero tener fotografías de su cuerpo, en especial de susdomingas. En un primer momento temo que vaya a decir no, pero le gusta la idea de verse desnuda en fotos.
—Luego las rompemos, eh, no las vea quien no debe
He tomado varias fotos de su cuerpo, por delante, por detrás, centrándome en las tetas, por supuesto. Como entre foto y foto hay que esperar un rato a que se auto revelen, las amontono sobre una esquina de la cama y mientras seguimos a lo nuestro. Después las veremos todas juntas.
Mercedes ha tomado la iniciativa, y tras besarnos guarramente —le encanta que enredemos nuestras lenguas varias veces, y después lamerme la punta, como si estuviera mamando mi capullo en vez de la lengua— me empuja la cabeza hacia sus tetas —cómetelas, soldadito; suavecito, suavecito— y no deja de acariciar ni un momento mí ya crecida polla.
Tras muchos minutos de preliminares —tengo la cara completamente empapada de mi propia saliva— apoya la espalda en las almohadas, quedando medianamente incorporada. Me sonríe, da un leve tirón de mi tranca para ...