1. Mi papi


    Fecha: 15/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mojada princesita. -Yo sentía muy rico con sus cariciar, el cosquilleo era más fuerte y me mojaba más y más. -Papi. Méteme tu pene. -Tuve que dejar del chupáselo para poder hablar, aunque no dejé que acariciarlo con mis manitas. -Acuéstate. -Me eché de espaldas en su cama y él se agachó hasta quedar en mi cochinta, la cual lamió suavemente por todos lados, succionándola. -Sabes deliciosa mi niña. -Yo soltaba pequeños gemiditos pidiéndole más. Metió un dedo en mi vagina, dolió un poco así que mi papi no hizo nada, solo dejó ahí el dedo mientras seguía lamiéndome. Cuando notó que estaba más relajada empezó a penetrarme con su dedo suavemente y para mí se sentía delicioso y mis gemidos eran un poco más fuertes. Metió un segundo dedo y al poco rato un tercero. Era muy placentero todo lo que sentía. -¿Estás lista princesita? -Sí papi, mete tu pene en mi vagina por favor. -Colocó dos almohadas debajo de mi cadera, dejándome a la altura de su pelvis. Con su pene empezó a acariciar mi humedísima conchita hasta que al fin se detuvo en mi vagina donde comenzó a empujar con fuerza. Volví a sentir ese ligero dolor, pero era más pequeño gracias a que ya me había preparado, además el placer era mucho más grande. Poco a poco fue adentrándose más y más hasta meter más de la mitad en mí. -¿Te duele? -No papi, se siente bonito. -Y no mentía, tener ese enorme pedazo de carne dentro de mí se sentía muy bien. -Bien. -Suavemente me embestía. Ambos gemiámos. De principio sus embestidas eran ...
    ... lentas, pero aumentaron hasta hacer rudas y salvajes, aumentando al ritmo de nuestros gemidos. -¡Ahh papi! -Mientras me penetraba, con una mano acariciaba mi clítoris y con la otra metía un dedo en mi ano. Ese dolía un poquito más, pero rápidamente se vio opacado por todo el placer que sentía. -¡Sí papi! ¡Meteme más tu pene! -Ambos estábamos más que excitados, yo veía como su enorme pene se metía en mi vagina, marcándose a través de mi pelvis. Estaba tan excitada que mis fluídos vaginales nos estaban mojando el vientre. En un momento se detuvo. -Voltéate princesita, como al principio, te haré mía por completo. -Me puse nuevamente en cuatro sintiendo de inmediato como su pene se metía lentamente en mi ano. Era dolorosamente placentero, así que lo dejé continuar. Ésta vez sentí como su pene si se metió por completo en mi ano. -¿Duele mi niña? -No papi, se siente bonito. -Eso fue suficiente para que me embistiera una y otra vez con fuerza. El dolor pronto desapareció y se convirtió en placer. -¡Papi más! -Le gritaba como perra. Y él no se detenía, al contrario, se puso también en 4 para poder acariciar mi clítoris y mis pechitos. -Papi te quiero. -Giré para darle un beso en la mejilla, pero él se apoderó de mi boca, todo eso me estaba llenando de placer, temblaba de tan delicioso que era todo eso. Hasta sentía como todos mis fluídos bajaban por mis piernas, mojándolas totalmente. -¿Te gusta princesa? -¡Sí papi! ¡Dame más! -Me tomó por los hombros y me volteó sin dejar de penetrarme el ...