LA MAMA TIENE EXPERIENCIA - Relatos Eróticos

LA MAMA TIENE EXPERIENCIA

–¡Arggggsss!!! ¡Aaaahhhh!!! ¡Papitooooo!!! ¡Qué ricoooo!!! ¡Oohhhh!!! ¡Papitooo! ¡Tiene razóóóón! ¡Síííí!!!! ¡La nena tieeeeneee razón! ¡Coger con vos es la glooooriaaaa!!! ¡Me encanta como me culeass!!! 
¡Nunca había conocido una mujer que gritara tanto! ¿Era parte de la calentura o actuación? Yo, por las dudas le seguía dando con fuerza. 
-¡Qué rico! ¡Cómo la enterrás papitoooo!!!
	Sentía los músculos del culo contraerse y dilatarse apretando y aflojando la pija de una forma genial… ¡Toda una experta!
	Como me había dicho media hora antes, Alcira no desperdició un minuto. Chupaba, mamaba, lamía, besaba…, todo mi cuerpo. ¡Me tenía en el paraíso! Cuando recuperé la posibilidad de la acabada, le pregunté donde quería que se la metiera…
-¡Dónde quieras papito! ¡Lo que más te guste! ¡Todo mi cuerpo es tuyo! – Alcira se inclinó hacia la pija para besar y chupar.
-¿El culito está bien?
-¡Si mi tesoro! Acá tengo el lubricante… Al culo lo tengo entrenado…, pero nunca esta demás una buena resbalada… ¡Jajaja!
-Ponete en cuatro… ¿o preferís otra postura?
-¡No mi amor! ¡Cómo a vos más te guste!
	Alcira me hizo una mamadita para humedecérmela, le puso el lubricante y me lo alcanzó para que le embardune el culo. Metí los dedos en el ano depositando generosa cantidad del producto. 
La penetración fue muy sencilla. Además de la larga experiencia de la mamá de Efigenia en la dilatación del esfínter, dado el reiterado uso del culo en sus actividades sexuales, el lubricante volvió ...

... muy placentera la penetración. Yo tuve la alevosía de no ser demasiado prematuro en el entierro de la pija en el recto de la “doña”. Fui muy despacito hacia el fondo, deteniéndome por momentos para hacerla temblar adentro, para que la sintiera en sus paredes… y, obviamente, la llegada de los testículos contra su cuerpo detuvo la penetración. Alcira no había dejado de gritar y gemir un segundo…    
	Recién empezamos. Por lo menos es lo que yo pretendía. Claro, tenía que tener cuidado… ¡no acabar demasiado pronto! Sino, otra vez, tendría que quedarme en espera. ¡No quería eso! No solamente por mí, sino, principalmente por Alcira. Ella merecía y deseba tenerla siempre adentro. ¡Es lo que más deseaba! ¡Siempre! Su deseo por las cogidas eran supremos. ¡Otra Clara, sin duda! 
-¡Dani, mi amor! ¡Me gustás tanto! ¡Es tan lindo tenerte adentro!
	Yo bombeba despacito. Perfectamente montado, acaballado sobre sus caderas. Me incliné sobre su hermosa espalda. ¡Tan hermosa! Sus 40 o 40 y pico de años, eran esplendorosos. Es cierto lo que dicen, sin duda. ¡La mujer a los 40 está en la flor de la vida! Es hermoso tener entre las piernas la joven carne de una nena, como la de Efi, por ejemplo, 
la madura experiencia de una cincuentona…, pero no hay nada parecido a la joven experiencia y deseo de una cuarentona… ¡nada igual!
	Llené de besos su cálida y transpirada piel. Llegué a su cuello, ya completamente tirado sobre ella. Le mordí los lóbulos. Alcira se tiró sobre la cama. La acompañé, ...