LA MAMA TIENE EXPERIENCIA - Relatos Eróticos

LA MAMA TIENE EXPERIENCIA

... fluidos y semen. Alcira no paró de cabalgar. ¡Estaba poseída por el sexo!
-¡Papi! ¡Papi! ¡Glorioso! ¡Todo con vos es glorioso! ¡Nunca tanto placer! ¡Nunca tan feliz de gozar con mi sexo! ¡Mi concha se siente tan feliz como yo! 
	Al fin se detuvo, agotada. Abrazó mi cuello y recostó la cabeza contra la mía. Yo seguía con mi boca en sus pezones, duros, rozados, erguidos. Lamí los globos chupando su transpiración. ¡Todo tan rico! Seguía con la pija, flácida, pero dentro suyo. Cuando consiguió separarar mi cabeza de sus tetas me dio esplendorosos besos. 
-¡Papi! ¡No sabés lo que me gusta! ¿Cómo voy hacer al no tenerte? ¿Cómo? ¡Dios! ¡Te deseo tanto! ¡No hay comparación con nadie! ¡Con nadie!
-¿Empezaste muy joven?
-¿Eh? ¡Qué? – Se desensartó y se recostó a mi lado, con una se sus manos acariciando la pija. 
-Digo…, si empezaste a coger de muy joven.
-Ah… Y…, si…, aunque yo no sabía lo que era. Todavís no terminaba la primaria. Un vecino, un chico que me gustaba mucho, más grande, entre segundo o tercer año del secundario, un día que yo estaba en la puerta de casa, se acercó y me preguntó si estaba mi mamá. Supongo que sabría que mi papá estaba trabajando… Y…, no…, mamá no estaba, había salido un momento para hacer algunas compras en el súper. A esa hora había mucha gente en los comercios.

“-¿Puedo entrar? Los dos claro, tu mamá seguro que tarde como media hora… ¿no?
-Y… sí…, más o menos. ¿Por qué querés entrar? 
-Para estar con vos… ¡me gustás mucho!”

	Carlos…, ...

... así se llamaba…, era muy conocido por mamá, quien incluso a veces le pedía por favor que le hiciera algún mandado. No quería que yo fuera con plata a ninguna parte…, y bueno…, como a mí también me gustaba, le dije que sí…, pero no tenía la menor idea de lo que quería hacer.

“-¿Nos quedamos en el living o vamos a tu habitación? ¿Qué preferís?
-Yo prefiero el living así escucho cuando viene mamá y le abro la puerta. – Yo había notado que Carlos había cerrado con el pasador. – Vos pusiste el pasador. ¿Por qué?
-Para que no haya sorpresas ni molestias…
-¿Y por qué habría sorpresas o molestias?
-Y… digo…, para jugar tranquilos…
-¿A qué vamos a jugar?
-Te explico… Vos no tenés hermanos…, pero seguro que tenés algún primo de tu edad o de la mía… ¿no?
-Si, tengo dos primos, uno dos años más que yo…, y otro más grande, como 5 años.
-¿Y qué hacen con vos?
-¿Conmigo? Y… nada…
-¿Cómo nada?
-Si, nada. No juegan conmigo; yo soy una nena para ellos…
-¿Pero ni siquiera te tocan? ¿Nada de nada? ¿Una caricia? ¿Un besito?
-No. Nada. A veces ni me saludan cuando vienen. ¿Por qué me iban hacer algo? 
-Porque sos muy linda y a todos los chicos nos gustan las chicas lindas…
-¿A vos te gusto?
-Si. Mucho, muchísimo… ¡muchísimo!
-¡Qué lindo!
-¿Y yo te gusto? 
-¡Siii! ¡También me gustás mucho!
-¿Nunca viste jugar a tus papás?
-¿Jugar? ¿Jugar a qué?
-Y…, a besarse, acariciarse…, tocarse…
-Aaaahhhh…, si, muchas veses…
-¿En la cama?
-No, no, en… el comedor, la cocina, el patio… ...