1. Mis cuentos inmorales. (Entrega 33)


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Transexuales Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    El primer casquete que regalé a María
    
    María, tenía a la sazón 17 añitos, yo 22. ¡Oh! Dios. Qué recuerdos más maravillosos.
    
    Era, y es una delicia de mujer, tenían que haberla visto. Alta, con unos tirabuzones que como cascadas se rompían en sus torneados hombros que recordaban “los chorros del oro”.
    
    Los ojos como dos soles que daban destellos y fulgores a sus delicadas facciones que transmitían las más ocultas y apasionadas emociones. Del resto de su figura no doy ningún detalle, pues son tan intensos mis celos, que con sólo pensar que alguien puede poner la mirada en su estampa, caigo en la trampa y no-duerno, me desvelo.
    
    Éramos novios desde hacía unos pocos meses; era tan intenso el amor que la profesaba, que se convirtió en la mujer de mis sueños.
    
    Dentro de dos días era su cumpleaños, el 15 de enero. Estábamos los dos amarraditos en el banco de un parque, ella apoyada su cabecita en mi hombro derecho y yo la tomaba por sus preciosos omóplatos con mi brazo.
    
    -Amor mío. –Dije con tanta devoción que mi voz parecía la de un ángel.
    
    -Dime cariño –Respondió María con un delicado matiz.
    
    -Pasado mañana es tu cumpleaños y quiero hacerte el regalo más sublime que de mi alma sale.
    
    Ella se quedó como en un brete.
    
    -Te quiero regalar un casquete.
    
    -¿Un casquete? –Preguntó ella abriendo sus lindos ojos color azulete.
    
    -Sí, amor mío. Tú primer casquete.
    
    Todavía conservo la fotografía de Margarita con aquel casquete que le regalé. Con qué garbo lo llevaba ...
    ... en lo alto de su cabecita.
    
    Era de un rojo intenso, de pura lana virgen. El contraste de sus cabellos de oro era tan intenso, que los tirabuzones que se escapan del control del casquete por que los cabellos dorados que les cubrían eran como las fuentes de la vida.
    
    Aún lo conserva con verdadera ilusión, ya que nunca podrá olvidar su “primer casquete”.
    
    El sexo oral
    
    El cunilingüe o sexo oral, es sin duda una de las variantes de la sexualidad que reporta más satisfacciones psíquicas al autor, y físicas a la receptora del acto.
    
    Digo psíquicas, porque sea hombre o mujer el que le realice, aunque no obtiene placer físico, si un inmenso encanto interior por los motivos que voy a tratar de explicar. Para el hombre, la vulva es como el dios del amor, del deseo, del placer y de los gozos, el dios de todas las pasiones. En mi relato “Su majestad: El Coño”, que pueden leer en este mismo libro, digo como los hombres más famosos de la historia, vencedores de mil batallas, se han postrado ante Él para adorarle.
    
    Cuando se lame una vulva, se succiona, se mordisquea, se acaricia, se besa, se chupa, se mama y se sorbe por toda su superficie con tanta intensidad y deseos de llegar a un estado imposible de llegar, ya que se podría dejar toda la saliva y la baba en el intento, y nunca se llegaría a conocer la verdadera dimensión y magnitud de su grandeza.
    
    Las motivaciones de la mujer para lamer la vulva de otra mujer, no podría definirlas con exactitud, pero me supongo que será ...
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