1. Mis cuentos inmorales. (Entrega 33)


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Transexuales Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... fuerte que todos. Le dije un tanto decepcionado, porque la tía estaba muy buena.
    
    -Ande, súbase las bragas, y vaya corriendo al bidé.
    
    Durante un tiempo se me quitaron las ganas de violar. Es que uno es bastante asqueroso para eso de los olores corporales, ¡qué quieren que yo le haga! Y ante el temor de repetir la escena, me reprimía las ganas.
    
    Pero no podía más, era superior a mis fuerzas. Hasta que un día... ¡Albricias! di con la solución a mi problema. Como era fontanero, inventé un artilugio de plástico desmontable que una vez recogido abultaba muy poco; pero una ves montado, era un bidé.
    
    Cuando salía a violar, siempre lo llevaba debajo del brazo, con su botellita de agua de rosas y un tubito de vaginesil; nunca se sabe como va tener "el potorro" la violada de turno. Ya he dicho y vuelvo a repetir, que soy un violador pacífico, y si puedo, no uso la navaja para intimidar, intento convencerlas de que las voy a forzar por las buenas; como hace la vicepresidenta del gobierno, señora de la Vega: convencer, no aplicar las leyes, porque las leyes, queramos o no, son una forma de violación a los ciudadanos.
    
    ¡Oigan! No vean que resultado más espectacular. A todas mis violadas las pedía por favor, que antes de violarlas se ...
    ... lavaran el "chichi" con el agua de rosas. ¡Anda que no se nota la diferencia! Violar con el chumino recién lavado, que exponerte a violar un chocho, que vaya usted a saber donde ha estado en las últimas horas.
    
    Me hice famoso como "el violador del bidé", y todas las revistas y programas del corazón hablaban de mí, y por cierto, muy bien. Más de una de mis violadas alababa mis formas, y declaró, que no le importaría que la violara otra vez.
    
    Pero un día. ¡joder! que mala suerte. Al ir a montar el bidé para violar a una señora que me había llamado por teléfono para que la violara, (a todas las dejaba un teléfono de contacto por si tenían alguna amiga con ganas de que la violaran) cuando tenía las dos manos ocupadas para desplegar el bidé, sacó una pistola y me detuvo. Resulta que era la inspectora jefe de la comisaría del distrito ese.
    
    Estoy en la cárcel, y como me he hecho amiguete del señor Paco, director del penal, y por recomendación de mi psiquiatra para que no caiga en una terrible depresión, todos los sábados y domingos, me deja que viole a una muñeca hinchable que me han regalado mis admiradoras. Pero sin bidé, ya que me lo han confiscado como prueba pericial. Además, si a la muñeca se lo lavó, se lo desgastó, y tampoco es eso. 
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