1. Carmen descubre al culpable del chocho desflorado de mis hermanas


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... dejando de coger volvía a convertirse en niña. Tendría yo 15 años cuando tuvimos la idea de construir aquel lugar, hoy tenía 17 y ciertamente era mayor para jugar a la casita, pero mis hermanas seguían considerándome el padre de sus hijos cuando jugaban al papa y mamá. Cómo negarme si aquello me permitía darles polla y llenarles de leche su chochito. A eso jugábamos ahora, si es que a aquella cogida se le podía llamar juego. Carmen totalmente abierta debajo de mí recibiendo en cada culeada 17 centímetros, abrazada a mi cuerpo, jadeando sin dejar de mover sus caderas en busca de mi polla para una mejor penetración. Su vulva regordete era una delicia húmeda que me hacía saber que cada chocho tenía un sabor diferente. Todo había comenzado cuando mamá nos dijo que podíamos ir a bañarnos a la poza que estaba abajo. Carmen nos acompaño, fue mamá quién convenció a Doña Adelaida para que su hija fuera con nosotros. No es peligroso – le había dicho ante la duda de su amiga y ahora compañera de quehaceres domésticos. Uno tras otro habíamos recorrido los casi 100 metros que había desde donde ellas se quedaban. El agua estaba cristalina, fue Lily quien primero se quitó la ropa y quedando totalmente desnuda se metió a aquel remanso de agua que apenas le llegaba a la cintura, luego Beatriz mi otra hermana. Primero se sacó el vestido de una pieza, luego se quitó los calzones para ir a acompañar a Lily con quién empezó a chapotear agua mientras invitaban a Carmen, quien dudosa se mantenía ...
    ... a la orilla. Quizá en su mente todavía no pudiera digerir la idea de cómo aquellas niñas pudieran estar sin ropa frente a sus hermanos. Supe que debía hacer algo y quizá mi hermano también lo penso, porque casi al mismo tiempo y de la manera más natural posible nos quitamos nuestros pantalones y camisas quedando únicamente en calzoncillos. El bulto de nuestros pitos no pasó desapercibido en Carmen y si aquello le causó cierta sorpresa ver nuestras pollas al aire fue algo que talvez le haya hecho pensar en regresar a donde estaba su mamá. Mi verga moviéndose de lado a lado parecía ser su centro de atención, aunque también miraba a mi hermano. Por mi mente paso la idea de que estaba calculando cual de las dos sería la culpable de los chochos desflorados de nuestras hermanas, porque era obvio que se había percatado que tanto Beatriz como Lily presentaban los mismos síntomas. - Ven – decían llamándola hacia donde ellas estaban. Un movimiento de ajedrez fue la clave, sabiendo de su indecisión me fui unos metros arriba por donde bajaba la corriente del arroyo formando un chorro que caía a la poza. Me coloque bajo y deje que agua cayera sobre mi cuerpo, primero de espaldas a ellas. Luego me gire dejando que me vieran, el agua cayendo sobre mi, sobre mi polla. Por un instante me sentí aquella estatua del parque donde el agua le sale del pito para luego caer a la pileta. La estrategia debió funcionar, porque Carmen se sacó el vestido dejando ver su flaco cuerpo. Se quedó en calzones, ...
«1234...»