1. Entre-acto: Moribunda


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: No Consentido Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... Ahora puedo morir en paz, no por tus palabras, me has dado de beber de tu boca, recuerdo que me dejabas seca, me quitabas la saliva, sin duda eres tú, mi verdadero amor despreciado por mi mala cabeza, gracias amor, muero pensando en ti, junto a las jaras.
    
    Solté su mano, vi furtivas lágrimas sueltas, y en su boca se pudo apreciar un atisbo de sonrisa, ladeó la cabeza mirando a la ventana.
    
    -Vámonos, ha sido mucho tiempo.
    
    -Espera.
    
    Di la vuelta a la cama y acerqué mi boca a su oído, quise saber si podía ver mi sombra, ya que tapé la luz de la ventana.
    
    -Cuando muera, te buscaré en la eternidad, y volveremos a recorrer ese camino juntos, de la mano y la lluvia nos cubrirá con su brillante y húmedo manto.
    
    No pareció haberme escuchado, como tampoco el taparle la luz de la ventana, y despacio me alejé de ella. Sor Mabel en la puerta lloraba, tenía la cabeza inclinada mirando al suelo.
    
    -¿Y ahora, que? – Pregunté sumamente trastornado.
    
    -Morirá esta noche, la superiora ha visto muchos casos como este y tú te has pasado de vueltas, hasta yo me he creído que eras su amor verdadero.
    
    No me marché, en el coche mal dormí, y no había amanecido aun cuando una mano movió mi hombro, abrí los ojos, el añil de amanecer en el horizonte, Sor Mabel.
    
    -Murió a las 23:09 según el informe médico, el entierro será esta tarde a última hora. Y toma mis cosas, me voy contigo.
    
    Tiró por delante mi una bolsa de plástico blanca, pocas cosas tenía. Y se alejó corriendo ...
    ... confundiéndose con las sombras.
    
    El día amaneció brumoso, y empezó a llover, lluvia tranquila y pertinaz, y cuando entramos en el cementerio las nubes se hicieron más oscuras, la noche llegaba deprisa.
    
    Su féretro estaba en el interior de la sepultura, solo tenía en el coche de gran valor para mí, una piña de pino albar, donde dicen que se esconde el mal, pero eso es mentira, una leyenda sin fundamento, con la primera palada de tierra oscura eché la piña, estaba sumamente desconcertado y deprimido, mi puesta en escena me había dañado, lloré mirando al suelo, sentí vergüenza de mi actuación, todo falso, falso, me desprecié en lo más íntimo de mi ser.
    
    Me despedí de las monjas levantando el brazo, casi sonrió y descubro a la prófuga. En la hilera de monjas se había producido un hueco, ex sor Mabel se había escapado. Ellas respondieron de la misma forma y corrí al coche, no lo hice por la lluvia, era poner más distancia entre el coche y el convento.
    
    Mabel vestía un gastado pantalón vaquero y una camisa anticuada, solo tenía los zapatos varoniles de monja, en su bolsa un par de bragas blancas deshiladas de tanto lavarlas, dos pañuelos y una pequeña cartera con su documentación, no disponía de dinero alguno. Ya bordeando el aeropuerto de barajas, habló.
    
    -¿Qué vas hacer conmigo? – Dijo poniendo los zapatos en el salpicadero.
    
    -No sé, el lunes te comprarás ropa y zapatos, y todo eso que necesitáis las mujeres. Prepararé una buena cena, continúas la vida que dejaste ¿Y tu ...
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