Promesas vacias - Relatos Eróticos

Promesas vacias

... día lo dejamos por la paz, me dió su número de celular y me dijo que lo llamara para que fuéramos a ver un partido del equipo, tome el número y me fuí.
Pasaron unos días y me atreví a marcarle, Hola cómo estás soy Juan.
El sorprendido de que si le marcara me dijo que estaba entrenando y que se sentía feliz de mi llamada, le pregunté si su invitación seguía en pie y me dijo que sí.
Acordamos vernos afuera del estadio, era un domingo en la noche y llegué bien bañado y perfumado para no dar una mala impresión, el llegó a la hora acordada y nos saludamos como dos amigos, compro los boletos y entramos al estadio.
La verdad estaba nervioso no estaba seguro de si había hecho bien en ir ahí con alguien que realmente no conocía, el seguramente se dió cuenta de ello y empezó a tratar de convencer con planes para entrar al equipo, me invitó un refresco y seguimos viendo el partido, yo estaba muy atento al partido y el a que me acabará mi refresco, cuando esto paso me dijo si no quería otra cosa.
Pidió una cerveza para el pero al irse el vendedor me pidió mi vaso de refresco y la vacío ahí. -Esta es para ti me dijo la verdad es que no estaba acostumbrado a tomar y con dos ya habían hecho efecto, así que entre la euforia del partido y la cerveza que seguí tomando mi ánimo cambio.
Cuando me hablaba no lo hacía desde su asiento, se acercaba a mi y me susurraba al oído.
Se acabó el partido y salimos hacia la calle a tomar el transporte, llegamos al metro y solo me deje llevar no ...

... sabía hacia dónde íbamos, en el andén caminamos hacia el vagón de hasta adelante y ahí entramos, era tarde ya eran como las 10 de la noche y la mayoría de la gente tomamos la misma ruta.
Pasaron varias estaciones y yo que iba medio aturdido no me di cuenta de que había llegado a la terminal e íbamos de regreso, ya no era el bullicio de todos los aficionados el andén iba casi vacio y al dar la vuelta el tren el vagón de hasta adelante se había convertido en el último, de repente sentí como mi acompañante se acercaba cada vez más a mi, volteo a ver el vagón y no había nadie cerca, me dijo que no me preocupara, al hacer esto puso su mano sobre mi pierna.
Por un lado sentí el impulso de rechazarlo, pero al sentir el roce de su mano recordé la sensación anterior en el metro, y mi estado no me permitió oponer mucha resistencia.
Cómo la vez anterior su mano se deslizó por dentro de mi pantalón y casi de inmediato tuve una erección.
Íbamos sentados por lo que se enfoco solo en acariciar mi verga al no haber nadie cerca pude soltarme y disfrutar de ese faje, el empezó a masturbarme más rápido que antes y no tarde en soltar el chorro de leche en sus manos.
Muy bien puta veo que todavía estás conciente para disfrutar pero ahora me toca a mi. Puta. Esa fue la palabra que utilizo de ahí en adelante para referirse a mi, pensé que querría que lo masturbara también por lo que lentamente me dispuse a acercar mi mano a su verga.
No puta esto no es así, -tu ya gozaste ahora yo escojo como ...