Mi primo me hace su mujer VII - Relatos Eróticos

Mi primo me hace su mujer VII

Luego de la experiencia de nuestra primera orgía o fiesta de leche como le llamabamos José Luis y yo, yo estaba perdidamente enamorado de mi primo. Amaba cómo me hacía el amor, dejando dentro de mi ano toda su leche. Amaba chuparle la verga sentir sus chorros de semen en mi boca, tragándo todo su esperma. Igual me calentaba saber que él hacia todo lo posible por hacerme feliz. Me compraba medias, pantimedias y pantyligeros todos en color blanco, así como faldas, vestidos y zapatos de tacón, yo prefería las zapatillas de tacón de ahuja, siempre consideré que eran más sexys.

Sabiendo que estaba loco por él, no reparaba en pedirme lo que sea y siempre estaba yo dispuesto a complacerlo. Aprovechándose de ello un día me dijo "cariño, hay algo que quiero pedirte, pero no sé si quieras", dándole un beso le respondí "amor, pídeme lo que quieras". "Hay un maestro de cálculo que aunque es casado y tiene un hijo, le gustan los chicos y desde hace tiempo me ha echado el ojo. Me dijo que accedía a sus deseos o me reprobaba, así que le hice una contrapropuesta: Le hablé de ti". Yo abrí los ojos desmesuradamente y lleno de sorpresa le dije "¿quieres que ese viejo cochino me coga a cambio de no reprobar?" yo en tono enojado. "Amor" dijo él, "dijiste que harías cualquier cosa por mi ¿no? bueno este es el momento de demostrarlo".

Friamente le respondí "lo pensaré". Él me beso y sabiendo cómo contentarme se sacó el pene y me invito a que se lo mamara "sé que lo deseas bebé", "vaya" ...

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... respondí "sí que me conoces" al tiempo que agité su pene y lo empecé a chupar. Luego de que me regaló una buena cantidad de leche y sabiendo que era más grande el amor que sentía por él que mi dignidad le dije "ok, dile a tu maestro que cuándo él quiera me puede coger, pero esto sólo lo hago por lo mucho que te amo primo". José Luis me besó con mucha pasión a la vez que prometía que sólo sería una vez, pero que había un detalle, pequeño, según él. "Quiere metértelo sin condón". "¡No!, absolutamente no", "cariño sólo por esta vez" me dijo. "Tu y yo acordámos que tendría sexo con otro hombres pero que usaran condón", "si, lo sé pero es que él quiere venirse dentro de ti a pelo". Por un momento lo medité, después de todo hasta ese momento sólo había recibido semen en mi ano de José Luis y de su amigo Raúl, así que tal vez no fuera tan malo un tercer hombre que se viniera dentro sin condón. "¿Cuántos años tiene tu maestro?", "52" contestó. "Ok, pero estas son mis condiciones: Una, sólo aceptaré que me coga una vez. Dos, sólo me permitiré eyacular en mi boca también una vez". "Aceptado mi vida".

Así a las dos semanas Jose Luis me llevó a casa de su maestro y él me esperó en el auto. Yo llevaba una peluca negra, vestido hasta las rodillas, medias blancas por arriba de los muslos y unos zapatos negros de tacón. Tan pronto toqué el timbre de su casa, me abrió la puerta un hombre un poco más bajo que yo, medio calvo, gordo aunque no muy feo, hasta eso tenía cierto atractivo, ...