1. GABY REGRESA DIEZ AÑOS DESPUÉS!


    Fecha: 28/04/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    El martes, por supuesto, tenía que cumplir mi promesa a Clarisa. El tema es que pretendía estar “tranquilo” domingo y lunes…, si era posible. Por supuesto, a Clara la tenía que complacer: dos polvos en la noche del sábado y dos la noche del domingo. En las siestas ni eso, solamente chupadas y lamidas… Con dos o tres orgasmos, Clarita quedaba contenta. Otra cuestión…: les digo a Clara y Aldana que iremos un par de noches con Clarisa a “una obra” a 50 km de la ciudad? ¿Qué hago?
    El problema no es Clara, sino Aldi. ¿Cómo convenzo a Aldi que no hay preferencias? ¿Le servirá el pretexto del hotel…, que no podría estar conmigo por ser menor? Nunca les había ocultado nada… ¡no quiero que esta sea la primera vez! Lo encaré directamente. 
    -Aldi, tesoro, el lunes a la noche nos vamos con Clarisa, hasta el miércoles a la mañana… 
    -¿Por qué ella?
    -Porque no podés venir conmigo a un hotel por ser menor. Pero te compensaré. Dentro de pocos días volverás a tu casa. Yo quedaré solo. Podés estar conmigo todo lo que quieras, solamente vos, una o dos semanas ¡todo para vos! 
    Se quedó tranquila. Con Mami no hubo problemas. Ella siempre se pone contenta con cada una de mis “cortesías” para las hijas. «¡Así aprenden lo que es bueno!» ¡Zafé bien!
    El lunes, a eso de las siete de la tarde, montamos los bolsos y salimos. La despedida de Clarisa con su hermana, fue como si fuéramos a la guerra. Pero pasó.
    -¿Cuánto tenemos de viaje, papi?  
    -Una hora y pico. Depende del tránsito…
    A los 20 ...
    ... minutos estábamos en la autopista. 
    -¡Ay papi! ¡Qué lindo es estar sola con vos! Aunque sea tan poquito. – Clarisa está súper cariñosa. Me acaricia, me besa… 
    -La pasaremos muy bien, tesoro. Vas a ver qué lindo lugar es. Hace unos cuantos años, yo trabajé allí haciendo unas nuevas estructuras.
    -Pero…, papi, papi. El sólo pensar todo lo que haremos, me excitó… ¿Me podés tocar, acariciar, hacerme algo?
    -No, nena. Es muy peligroso distraerse en la ruta…, muy peligroso… Ya está cayendo la noche. Es el momento más peligroso. Ya tendremos tiempo para…, bueno…, vos sabés…
    -Pero… ¿te la puedo mamar un poquito, solo un poquito? 
    -Lo que quieras, mi amor, pero no me distraigas… demasiado.
    -No, para nada. – Clarisa se inclinó hacia mi entrepierna, me abrió la cremallera, metió la mano… y la sacó. Estaba flácida… ¿qué otra cosa podría hacer?
    Clarisa me pajeó despacito. Cuando estuvo morcillona se puso el rostro sobre mi falda y la metió en su boca. ¡Como siempre una mamada genial! ¡Pero no fue un poquito! 
    -¡Qué rica está, papi! - Como diez minutos, lamiendo, besando, chupando. La sentía recontra dura. - No mirés, no mirés. Prestá atención al camino. 
    	Yo trataba de acariciarle el cabello, sin apartar la mirada del camino.
    -¡Esta muy rica, papito! ¡Hacía un siglo que no la saboreaba!
    -Apenas cuatro días…
    -¡Para mí es un siglo!
    -¡Ay nena! ¡Me vas a hacer acabar! - Aflojé la velocidad. Buscaba con la vista alguna dársena para estacionar. 
    -¡Dale, dale! ¡Me la tomo toda! ¡No ...
«1234...»