1. Chocolate con leche. Una dominicana ardiente e insaciable


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Soy un cuarentón, espíritu jovial, buena onda, siempre veo el vaso “medio lleno”, militante incondicional de la alegría y el buen humor, abonado a la teoría de que todo lo que hacen los hombres es “p´conseguirse minas” (para conseguirse mujeres). Adhiero a la fidelidad flexible, acuerdo tácito con mi compañera, luego de poco más de veinte años de convivencia y como ardid sustentable de la supervivencia de la pareja.
    
    Dos décadas de fidelidad fue mucho, demasiado tiempo, había llegado el momento de retomar algunas licencias de vida, solo era cuestión de tiempo y oportunidad, y… sucedió bien pronto, cuando me llamó Eduardo.
    
    Un entrañable amigo, él y su mujer se regalaron un viaje por la vieja Europa. Para su tranquilidad me dejó a cargo de su casa, de controlar y asistir a sus hijos adolescentes, en cuanto hiciera falta. Con los muchachos tenemos una relación fenomenal, como de tío. Para los quehaceres domésticos estaba Lua, una “negrita” muy simpática. Lua es de raza negra, dominicana, joven y de buen ver, tanto de ida como de venida, buenas formas y firmes, con todo el ritmo sensual de su raza.
    
    Desde que llegó al país, la casa de mi amigo fue la suya, uno más de la familia. Tan buena fue la relación que cuando los chicos llegaron a la pubertad ella la relación con éstos llegó hasta las sábanas, solo es un par de años mayor que ellos, por estos días está caminando sus gloriosos veintiún añitos. Los pibes (muchachos) se la vienen “moviendo” (cogiendo) desde hace ...
    ... buen tiempo, hasta, hicieron un trío más de una noche que los viejos (padres) no estaban en casa.
    
    Desde que el mayor de los muchachos me lo contó, comencé a mirarla con otros ojos, seguramente ella estaba anoticiada de que conocía sus andanzas por las camas de los “pendejos cogelones” pues desde ahí comencé a percibir que su actitud en mi presencia parecía mucho más sensual, hasta arriesgaría que en algún momento a solas casi provocativa.
    
    Las mujeres de raza negra para mí eran algo exótico, desnudas, sólo las vi en el canal porno y en el Natural Geographics, obviamente me gustan más las del canal porno. Buscaba la ocasión para poder regalarme con el espectáculo de verla solo para mí. Carácter afable, felina como pantera, andar cadencioso, tomó debida nota que me llevaba prendido al meneo de sus caderas.
    
    Uno de esos días pasé para ver como marchaba todo, entré con mi llave, todo era silencio, parecía que todos habían salido, llego a la cocina para beber un poco de agua y me tropiezo… con una Venus de ébano salida del baño, solo una toalla, envolviendo el cabello crespo.
    
    Piel tersa, brillo mate, ojos casi verdosos, esmeraldas reluciendo en medio de la noche, labios carnosos y teclado de marfil que destella cuando ríe. Pechos redondos, plenos, rematados en pezones gruesos y erectos, vientre plano y talle estrecho, suaves curvas y cadera firme, entre los muslos una espesura de vello enrulado esconde el sexo de mis ojos arrobados por tanta mujer.
    
    Pasmado, ante la ...
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