Chocolate con leche. Una dominicana ardiente e insaciable
Fecha: 25/09/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... perfección, prodigio del mejor escultor. Me sonrió, esparció la alegría de su risa y algunas gotas de agua al menearse delante mío.
—¡Qué pasa! ¿Nunca ha visto una negra desnuda?
—¡No!, y… menos alguien como vos, la primera.
—¿Y.…, ¿qué tal?
—¡De diez! ¡Ja… ¡un súper 10!!!! Y un… ¡Meritorioo Diez!!!
No se intimidó, más aún, demoró para mostrarse, lentamente se dirige a su habitación mirando sobre su hombro para asegurarse que fuera tras ella. Entré siguiendo a la diosa negra, entendió mi curiosidad y la seducción, disfruta el momento, goza el poder que otorga ser distinta.
Seducción total, sentado en el borde de su cama, espectador de cómo se vestía, lentitud extrema, gestos exagerados para crear ambiente, gira un poco para colocarse la tanga, de tal modo que cuando levantó el pie y lo apoyó sobre una caja, me exhibía en primer plano y a todo color el sexo entreabierto, el rojo nacarado brillante del interior resulta muy erótico en un entorno negro mate.
Sólo con esa prenda, se apretó contra mí, quedé entre sus pechos, besaba esas masas de color oscuro y aroma tan particular, saltaba de uno a otro sin parar, volaba de calentura sujetado de esos globos negros de sabor tibio y dulzón. ¡Qué delicia! sentirse ahogado entre sus mamas, besando el aroma de su piel húmeda. Puso distancia entre mi cuerpo y sus carnes.
Arrodillada entre mis piernas, buscó el bulto que pugnaba por romper el jean, liberta la erección, emergió duro buscando consuelo en las palmas ...
... blanquecina de Lua, subir y bajar la piel hasta brotar de la uretra esas primeras gotitas de incontenible calentura. Empujé levemente la cabeza, la señal que espera, la metió en la boca, mamada increíble, sabia y eficiente como pocas, sabe cómo graduar la chupada para darme el mayor goce, consulta con los ojos y sigue mamando, derritiéndome de placer en la caliente boca que se engolosina con el caramelo del amor.
Levanto la pelvis y aprieto de la nuca, me pierdo en la calentura, algo brusco y descontrolado, es una cogida bucal, con todo. En lo mejor de la situación escuchamos ruidos de llave que acciona la cerradura, los muchachos que volvían, empujamos la puerta de su cuarto para cerrarla.
Apremiados por la situación y mi calentura, apuró “el trámite” para hacerme acabar cuanto antes, aceleró la mamada. ¡Acabe!!!, chorros gruesos y espesos dentro de la cavidad bucal se llevaron mi calentura, mostró el contenido lácteo y luego tragó, en dos tiempos, ésta acabada gloriosa.
Acondicioné la ropa, como pude y me hice ver diciendo que venía de la terraza. Al rato apareció la negrita, tomamos unas gaseosas y marché para casa.
Esa noche y otras más las pasé pensando en ese cuerpazo y esa boca que mamó mi leche, los ratones (pensamientos calenturientos) enloquecían y excitaban a más no poder, hasta me costaba mantener quietas las manos para no “ajusticiarme” por mano propia, quería guardar toda mi leche para cuando hubiera la oportunidad dedarle con todo.
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