El odioso Fernando - Relatos Eróticos

El odioso Fernando

... completamente dura y lubricada. Entonces, agarró mi cabeza con las dos manos, metió su miembro hasta el fondo de mi garganta, y noté como empezaba a descargar toda su leche dentro de mi boca. Casi me ahogo cuando noté toda su descarga. Conseguí zafarme y me fui corriendo al lavabo a escupir su semen, aunque la descarga había sido tan grande que una parte me lo tragué.

—¿Pero qué haces? ¡serás cabron!

—ja, ja, no te pongas así. Seguro que has ido a restaurantes donde has comido cosas peores.

—Te has corrido en mi boca. Serás capullo.

—Ja, ja, venga, ha estado bien. Reconozco que tenías razón. Para ser tu primera vez has hecho una buena mamada. Me ha gustado. Creo que voy a querer repetir

—Pero ¿qué dices? eso ni loco.

—Bueno, tu verás, pero piensa que el dinero que le hiciste perder a la empresa fue mucho, y eso no se arregla solo con una mamada.

—No dirás nada de lo del dinero, ¿verdad?

—Todo dependerá de lo bien que te portes conmigo. Ya sabes, yo te hago un favor a ti ocultando lo que paso, y tú me haces un favor a mí.

Se acomodó la polla dentro del pantalón, cerró su cremallera, y salió silbando del cuarto de baño.

Yo me quedé perplejo, casi como si lo que hubiera pasado no hubiera ocurrido de verdad. Era como una película. Me costaba asumirlo y lo peor de todo era que no sabía cómo salir de esa. Por el momento tan solo se me ocurría que debía de seguirle el juego a Fernando, hasta que pudiera dar con una solución.

Me sentía atrapado. Por una parte, si se cansaba de mí corría el riesgo de que fuera a contarle todo lo que ocurrió con el dinero de Panamá a los jefes, por otra, si conseguía mantenerlo satisfecho esa situación se podría alargar indefinidamente.

Tan solo me quedaba esperar a que se me pudiera ocurrir algo para salir de esta situación.

(continuará)

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