Masaje a mamá 1 - Relatos Eróticos

Masaje a mamá 1

Todo comenzó un día de vacaciones mientras miraba la televisión y no tenía nada que hacer. En la tele solo pasaban los mismos canales aburridos de programas matutinos y de farándula que no me interesaban en lo más mínimo así que aburrido y con 16 años fui a mi habitación para ver porno y vi videos de incesto que están de moda últimamente. Me excite al ver los videos de mamá he hijo y mientras me masturbaba se me ocurrió ir a la habitación de mi mamá y coger una de sus bragas para olerlas. Jamás había hecho nada de esto en mi vida y no estaba seguro pues se me hacía algo raro.

Fui a la habitación de mi mamá y lo primero con lo que me tope fueron sus bragas en el cesto de la ropa sucia y al olerlas note un olor embriagador. Aquello me excito muchísimo y aquella fueron de las mejores pajas que me había hecho en toda mi vida. Mi mamá era una mujer voluptuosa y ahora sabía que aparte de tener un cuerpo excitante también tenía un olor a mujer que te volvía loco.

Poco a poco me comencé a plantear sexo con mi madre y en internet mire varios relatos donde platicaban de como lo habían logrado así que planteándome como poder hacerlo me propuse un plan. Sabía que mi mamá llegaba cansada del trabajo siempre quejándose de lo que le dolían sus pies por sus zapatillas así que una noche cuando ella llegó del trabajo fui muy atento con ella trayéndole cosas para que pusiera sus pies en alto y se relajara.

—Gracias hijo tú jamás sabrás que es andar todo el día en zapatillas. —Me dijo ...

... poniendo sus pies en el banco con almohada que le traje. 

Mi mamá se miraba feliz y esa tarde se durmió un par de minutos en el sofá. AL día siguiente volví a hacer lo mismo y mi mamá se miraba muy feliz pero esta vez mientras reposaba sus pies agarré uno para masajeárselo.

—No mi amor no tienes que hacer eso. —Me dijo.

—No es ningún problema mamá. —Le dije mientras ella se miraba que disfrutaba el masaje de sus pies. 

Al día siguiente hice lo mismo con esta vez masajeando la pantorrilla de mi mamá así como los demás días. A veces cuando estábamos en el sofá me ponía a masajear sus hombros y mi mamá parecía disfrutar los masajes muchas veces ella pidiéndome que lo hiciera.

—Si quieres te puedo masajear la espalda pero requiero una superficie donde te recuestes. —Le dije una tarde mientras masajeaba sus hombros. 

—Vamos a mi cuarto. —Me dijo mi mamá.

Los dos fuimos a su habitación donde ella se acostó boca abajo. Al verla así mire su culo atreves de su falda de oficina y como se le marcaba las bragas. En ese momento me excite y quise quitarle esa falda y hacerla mía justo ahí pero sabía que era demasiado pronto. Según lo que había leído en internet tenían que pasar días donde yo masajeara a mi mamá y entrara en confianza con ella tocando varías partes de su cuerpo antes de hacer un movimiento.

—Que relajante mmm. —Me dijo mi mamá mientras la masajeaba.

—Mamá si te quitas la blusa te podría masajear mejor. —Le dije.

Mi mamá se quedó callada por un ...