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Masaje a mamá 1
Fecha: 25/06/2023, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Mystiko, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... momento como si estuviera pensando en si hacerlo o no. Después de un rato se levantó y se quito la blusa dejándome ver como su bracier sostenia aquellos enormes pechos que tanto me gustaban. Ella se acostó de nuevo y comencé a masajearle su espalda. Tocar su piel me excito tanto que sentí como mi pene se puso erecto pero debido a que mi madre estaba boca a bajo no lo noto. Los días pasaron y nosotros comenzamos a tener una rutina donde mi mamá tan solo llegaba del trabajo y subíamos a su habitación para que le diera un masaje. Ella había comprado una crema que usábamos para los masajes que olía a lavanda. Una tarde me anime a bajar por la espalda y pasar por sus glúteos encima de su falda de trabajo hasta llegar a sus piernas. Mi mamá se estremeció y note como su cuerpo tembló en ese momento pero ella no me dijo nada por lo que aquello se convirtió en algo de todos los días. Pronto puede quitarle el broche del bracier a mi mamá y aunque ese día se quejo le dije que era solo para que pudiera masajearle mejor la espalda a lo que acepto. —Esta bien de aquí comias de todas maneras por si algun día me levantó y me ves. —Dijo en una broma. Pero aquello nunca pasaba pues cuando terminaba de masajearla ella siempre se agarraba el bracier al levantarse para que no se le cayera. —Mamá sin la falda te puedo dar un mejor masaje en las piernas. —Le dije en la segunda semana de masajes nervioso. —Desabróchamela. —Me dijo dándome permiso. Nervioso le quite el seguro ...
... a la falta de la parte de atrás y le baje el cierre. Una vez suelta se la baje con cuidado con mi mamá moviéndose para que se deslizara. Mi mamá quedo completamente en ropa interior frente a mí. Aquello me excitaba tanto pero sabía que tenía que tener paciencia pues había llegado demasiado lejos y un movimiento en falso podía arruinar mi plan. Me encantaba masajearle su cuerpo semi desnudo, sentir lo suave de sus piernas, lo grande de su trasero, y como suspiraba cuando pasaba mis manos por su espalda. Mientras acariciaba sus piernas a veces metía mi manos por sus muslos pretendiendo que solo hacía un masaje y notaba como ella se estremecía ante aquello, aunque no decía nada. A veces lograba ver bien a través de sus bragas su vagina y como esta estaba llena de pelitos. El olor que mi mamá desprendía era el de una mujer y aquel olor era embriagante, tanto que a veces llevado por la calentura me la pasaba masajeándole las piernas mientras trataba de ver más sus bragas. Poco a poco mientras le masajeaba sus piernas me acercaba más y más a su entrepierna llegando a el punto que rodaba sus bragas. Al principio lo hacía tan rápido que mi mamá pensara que fue un error pero conforme paso el tiempo descaradamente rosaba por más tiempo por ahí. —Mi vida ¿me podrías masajear del otro lado? —Me dijo un día. Yo acepte gustoso pero para mi mala suerte mi madre se abrocho el bracier y se dio la vuelta no dejándome ver sus pechos al descubierto. Ese día comencé a masajear sus ...