1. Frustrada


    Fecha: 27/09/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco más de paciencia, trataba de hacerme parar en los pies de mi esposo para que viera las cosas desde su óptica.
    
    Ayer no habíamos tenido un buen día, algunas cuestiones de dinero nos habían enfrentado, pavadas de todo matrimonio, pero a la noche, después de la cena llegó el huracán, siempre por el mismo motivo, gritos, bronca, llanto, rompí los platos contra el piso, discutimos como nunca antes, todo terminó cuando mi marido se fue de casa dando un portazo, me dijo que no me esperara esa noche, tenía que meditar sobre su futuro…
    
    Sola y descorazonada, solo se me ocurrió tomar una bata e ir corriendo de mi vecina, toqué el timbre y golpee la puerta insistentemente, ella tardó un rato pero al fin me recibió, la abracé sollozando, me acompañó adentro, me hizo sentar y me convidó con una taza de café, para que la acompañara.
    
    Se sentó a mi lado, apagó la televisión y dijo:
    
    —Bueno, puedes desahogarte, ya escuché los gritos, así que vamos… acá estoy…
    
    Dicho esto hice otra vez el relato que tantas veces había hecho, creo que mis palabras sonaban en su cabeza como un disco rayado, me entrecortaba cada tanto porque apenas podía contener el llanto, algunas lágrimas caían en el pocillo perdiéndose entre la oscura infusión, como una cometa se pierde en la noche.
    
    Nuestras tazas estaban vacías, ella las dejó sobre la mesa para volver a mi lado y mientras yo seguía parloteando me abrazó pasando su brazo por sobre mi hombro y como si se tratara de mi madre me incliné ...
    ... suavemente apoyando mi cabeza bajo la de ella, bajo su mentón, sobre su pecho.
    
    Fue muy dulce el sentir su mano acariciando mi larga cabellera morena para luego recibir un beso complaciente en mi mollera.
    
    Me sentí cobijada, protegida, necesitaba eso, mi llanto había cesado, sentía los ojos hinchados y mi pequeño pañuelo ya no tenía lugar donde recoger mi humedad.
    
    Su mano libre subió disimulada y lentamente hasta llegar a mi pecho derecho, lo apretó con suma delicadeza, probando mi reacción, no dije nada, solo me sentí sorprendida y noté como mis pezones se endurecían, un escalofrío corrió por mi espalda cuando en su segundo intento apretó con más firmeza, giré mi cabeza mirándola fijamente como inquiriendo por su accionar, sus ojos estaban muy cerca de los míos y solo respondieron con dulzura, llevó sus labios a mi frente, bajó por mis ojos, por mi nariz y viendo que yo me dejaba hacer llegó a mis propios labios, fue muy fuerte, poderoso, mi concha se humedeció en ese momento, abrí mi boca permitiendo que su lengua la penetrara para encontrarse con la mía.
    
    Jamás había imaginado besar así a una mujer, pero lo estaba haciendo, me resultó exquisito, placentero, delicado…
    
    Nara sintió entonces que me tenía bajo control, nos acomodamos lo suficiente y nuestros cuerpos se fundieron en uno, mujer contra mujer, beso a beso, sentí latir mi sangre como nunca lo había sentido, ni mejor ni peor, solo distinto…
    
    Repartimos caricias, estaba intrigada, era mi primera vez, seguro no ...