Convierto a mi sobrino en mi esclavo sexual
Fecha: 29/09/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... siente que no entra, que se resiste. Le digo:
—empuja sin miedo, y mételo bien al fondo tiene que quedar limpio.
Toma coraje y me ensarta hasta el fondo y empieza a moverlo como limpiando, de repente tengo varios órganos seguidos y me corro con abundante líquido. Él se detiene, saca el dedo y me dice:
—te orinaste, ahora te limpio de nuevo adelante.
Me da vuelta y mete dos dedos en mi vagina y los mueve tirando agua con la otra mano. Yo no podía decir una palabra. Sigue así un rato y comienza a enjuagarme. Después cubre todo mi cuerpo con una toalla y me lleva a la habitación. Me sienta en la cama envuelta con la toalla.
—quieres que te ponga una remera o ropa interior.
—no, gracias, Leo, estoy cansada me voy a acostar con la toalla y me voy secando.
—bueno, si quieres algo me avisas.
Siento que se retira ya no noto el bulto de su slip, creo que quedó agotado, creo que eyaculo varias veces mientras me bañaba. Me recuesto en la cama y quedo dormida.
El lunes más largo de mi vida había terminado, sólo quedaban cuatro días hasta el fin de semana, se preguntarán porque, sólo cuatro días si los padres saldrían tres semanas de vacaciones y quedarían casi dos semanas más, bueno como toda mujer sabe, llevamos una herida abierta desde que nos convertimos en mujeres, sangramos regularmente y nos sentimos molestas, Silvia me conocía por eso puso los plazos, ella sabía que era muy regular y la semana que viene o antes estaría menstruando, no quería darle ...
... ese espectáculo a mi sobrino. Todo tiene un límite o eso pensaba.
Martes por la mañana ya despierta me pongo a pensar en la cama, decido que tengo que tratar de salir de por lo menos una de mis penurias, o dejaba de ser ciega de a poco o me curaría milagrosamente de mis manos. Elijo la primera opción, el poder ver no impediría que me toque, también podría interactuar con él de otra forma, ver sus reacciones a mi mirada. Me quedo desnuda y sentada en la cama, como me había dejado en la noche y lo llamo.
—Leo, Leo, puedes venir.
Después de un rato se asoma desnudo por la puerta.
—Si tía, buen día.
—¡Estoy empezando a ver!
En eso veo que se pone muy rojo de golpe y lleva su mano a su erecta verga, trata de taparla con las dos manos, pero le asoma la cabeza, no la podía dominar.
—si veo, algunas sombras, antes veía como una nube gris, ven, ven quiero verte de cerca.
—espera, espera tengo que ir al baño.
—no seas malo.
—no tía ya vengo me hago encima.
Se va corriendo seguro que a vestirse. Después de un rato, llega con la remera y el pantalón corto del primer día.
—acá estoy tía.
—ven a ver si te veo.
Se acerca y le digo:
—acércate mas.
—estoy a tu lado
—claro, sólo veo tu sombra, pero ya es algo.
—ya te estás curando de a poco. Quieres que te ponga ropa.
—jaja, disculpa me había olvidado que estaba desnuda, te molesta que ande desnuda por la casa, igual ya me conoces.
—mejor tía así no tengo que llevar a lavar la ...