1. Convierto a mi sobrino en mi esclavo sexual


    Fecha: 29/09/2018, Categorías: Hetero Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... ropa.
    
    —jajaja que vivo siempre pensando en ti. Bueno si no te molesta me quedo desnuda, ahora llévame al baño.
    
    Me lleva al baño y al igual que el día anterior repetimos el mismo ritual, me siento hago fuerza mientras él me mira, ya no se mete a bañar, temía una recuperación milagrosa, toma papel y me limpia, pero siento que el papel era poco porque que se rompe y su dedo termina de limpiarme el ano. En eso miro por el espejo, toma el dedo y lo lleva a su nariz y de inmediato lo pone en su boca. Fue algo increíble, me encendió, verlo comiendo mi mierda, algo que nunca imaginé cuando planee con mi amiga que sería mi esclavo, sólo era para que prepare la comida y limpie, esto supero con creces mis expectativas.
    
    Termina de limpiarme y me lleva a la cocina, así como estaba, desnuda, me sienta para el desayuno. Desayunamos como el lunes y con los mismos aderezos, está vez eyacula de espaldas como con miedo a que lo pudiera ver.
    
    Todo el día estuve desnuda, me llevaba para un lado y para el otro, pero vestido con su pantalón corto, ya no lo veía desnudo, sólo excitado, le estaba comiendo la cabeza y eso cada vez más me excitaba. Él no podía sacarme la vista de encima. Llego el momento del baño y con normalidad le pido que me ayude y limpie bien profundo, me dejó agotada por las veces que acabe durante el baño. Me llevó casi tambaleante a la habitación y ahora sí apago la luz.
    
    El miércoles a la mañana cuando lo llamo le quiero dar una buena noticia, que puedo ver, ...
    ... lo recibo desnuda en la cama, llega vestido con su pantalón corto y remera, seguro que ya calculaba la posibilidad que esto ocurriera. Lo miro y veo su cara se decepción, entonces trato de transmitirle mi alegría de haber recuperado la vista.
    
    —¡Hola Leo! ¡Ya casi te puedo ver!, gracias a Dios, puedo distinguir tu cara, tu ropa, medio turbio todo, pero puedo ver, gracias me has curado
    
    —tía, que bien, pero fuiste tú sola.
    
    —no, si no fuera por vos, todavía sería ciega. Ven que te doy un beso.
    
    Lo abrazo y le doy beso en la boca, él queda mudo, yo hago como que estaba festejado y le pido que me lleve al baño. En el baño el bajaba la vista con vergüenza, no lo conocía, yo hacía como si nada, esperaba como cualquier otro día a que me limpiara, supongo que su depresión era porque todo acabara cuando pueda usar mis manos.
    
    Desayunamos ya sin aderezo y me mantenía desnuda como con naturalidad, mientras el lavaba las tasas y el plato de las tostadas yo caminaba por la cocina, me daba vuelta para que él me mirara. El día continuó como los anteriores, comimos y terminamos con el baño diario y después a dormir, ya lo notaba más animado después de los manoseos.
    
    Llega el jueves y me despierto temprano, quiero sorprenderlo, le quiero dar una sorpresa. Me levanto y como ya era costumbre empiezo a caminar desnuda por el pasillo en dirección a su habitación, la puerta estaba abierta y lo veo todavía dormido y todo desnudo. Es la primera vez que veo su pene flácido y pequeño, ...
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