DOMANDO A MI PRIMA - Relatos Eróticos

DOMANDO A MI PRIMA

Alan un chico de 18 años queria iniciar en el mundo del bondage, pero queria hacerlo con alguien. Alan deseaba probar sus habilidades de amarrar a alguien, pero no sabía con quién. Hasta que un día su familia le informarían que iban de visita a la casa de sus tíos. 
Una vez que llegaron a la casa de sus tíos, Alan saludaría a sus primos, a su tía y tío. Todo iba normal hasta que su prima aparecía. Su prima llamada Marcela se acercó hacia Alan y la saludo, nada fuera de lo común, solo que Alan se quedó apasionado por su prima, quien llevaba puesto un jean que permitia la visualización de unas buenas curvas. Y tambien llevaba una camiseta que permitia ver unos grandes y redondos pechos.
Era de noche, y Alan no se podía quitar la imagen de su prima. Alan sentia la necesidad de verla atada e indefensa. Alan queria probar con ella sus habilidades en el bondage, el problema era como convérsela de eso. Alan reconocía que entre ambos no llevaban la mejor relación de primos, por lo que sería hasta extraña que él le fuera a proponer eso. 
En lo más oscuro de su mente, una idea surgía, y si la emboscaba y a la fuerza la obligaba a cumplir su capricho. Era una idea tonta, no habia docilidad de que eso sucediera, aunque esa idea no iría nunca de su mente, y se quedaría durante toda la noche en su cabeza.
Al siguiente día, mientras Alan desayunaba, vería a su prima puesta unas botas, jean azul, y una camiseta blanca. Marcela les diría a todos en el comedor que saldría de paseo con ...

... sus amigas y que regresaría a las 3 de la tarde. Se despediría de todos y se iría. 
Alan seguia desayunando con tranquilidad hasta que escucharía los planes de su familia de salir de paseo durante toda la tarde. Después de escuchar que todos saldrían durante la tarde, Alan decidió aprovechar esa oportunidad para llevar a cabo esa idea oscura que rondaba por su cabeza. Tal vez no era lo correcto, pero sabía que esa oportunidad era única y debia aprovecharla. Agradeció a sus tíos por la invitación, pero les dijo que prefería quedarse en casa para relajarse.
Una vez que terminó de desayunar, Alan se retiró a su habitación y comenzó a planear meticulosamente cada detalle del juego. Sabía que debía asegurarse de que todo saliera bien. Para eso, hizo una lista de los elementos que necesitaría.
Con la lista en mano, Alan salió de la casa en busca de una tienda. Caminó por las calles del vecindario, encontrando finalmente una tienda donde iría a realizar unas compras.
Alan recorrió la tienda, buscando lo que necesitaba para cumplir su plan. Su plan era actuar un ladrón que habia entrado a la casa de sus tíos, y cuando se encontraba a Marcela, en la iba a tomar como una rehén. Su plan era simple y sencillo.
Alan buscó una máscara que ocultara su rostro. También compraría unas cuerdas, cinta adhesiva, y para meterle más realismo. Compraría una pistola de juguete, pero que se viera lo suficientemente real.
Al llegar a la caja registradora, Alan pagó discretamente por sus compras y ...