DOMANDO A MI PRIMA - Relatos Eróticos

DOMANDO A MI PRIMA

... alrededor del cuello de Marcela, creando una correa improvisada.
Sujetándola de la corbata, Alan guía a su prima fuera de su habitación y la lleva hacia la cocina.
Alan mira alrededor de la cocina, buscando algo. Sus ojos se posan en un frutero que se encuentra en el mostrador y alcanza un plátano grande y maduro.
Alan guía a Marcela hacia una de las sillas en la mesa de la cocina. Marcela se sienta en la silla. A lo que Alan se acerca a Marcela, sosteniendo el plátano en la mano. Él comienza a frotarlo contra su cuerpo, arremolinándolo alrededor de sus senos y pezones, antes de moverse lentamente hacia la parte interna de sus muslos. Marcela gime suavemente.
Alan continúa provocando a Marcela con el plátano, pasándolo lentamente a lo largo de la parte interna de sus muslos y sobre su clítoris. Marcela no quita la mirada del plátano, mientras continúa gimiendo.
Después de un tiempo, Alan decide terminar su sesión de juego con el plátano. Guía a Marcela fuera de la cocina y la lleva al cuarto de sus tíos, donde al explorarlo encuentra algo que llama su atención. Resulta ser una correa votada en el piso. Alan al ver la correa se le ocurre la idea de usarlo para dar unos azotes a su prima. Asi que Alan con esa idea en mente le ordeno a su prima. ‘’Ponte boca abajo en la cama’’. 
Marcela aceptaría su petición y se colocaría boca abajo en la cama, mientras Alan se coloca a su lado. 
Alan coge con sus manos la correa. Mira fijamente al trasero de Marcela listo para ...

... comenzar.
Alan, comienza con azotes suaves y lentos en los glúteos de Marcela. Alan escucha pequeños gemidos que da Marcela tras su mordaza. Alan al principio no se siente cómodo haciendo eso, pero al darse cuenta que probablemente no tendrá otra oportunidad haci, decide ir enserio. Con determinación esta vez decide dar un azote con fuerza, haciendo que Marcela gima de dolor, y al mismo tiempo se retuerza. Ver eso llamo tanto la atención de Alan, que lo repitió una y otra vez, sin importarle el estado de su prima. Cada golpe que daba era seguido de un gemido de dolor. Alan disfrutaba de causarle dolor a su prima, lo excitaba mucho. 
Un tiempo habia pasado. Alan se encontraba cansado de azotar a su prima, por lo que decidio parar. Mientras descansaba, veía a su prima gimiendo con unas lágrimas saliendo de sus ojos. Alan no sabía cuántos azotes le habia dado a Marcela, pero calculaba unos 40.
Alan se parraría y jalaría de la corbata obligando a Marcela a levantarse y que la vuelva a seguir.
 Guiándola hacia su habitación, Alan considera inicialmente dejarla allí atada y retirarse antes de que venga alguien. Sin embargo, en un cambio de planes, decide hacer algo más. 
Luego de llevar a Marcela a su habitación, Alan nota una ducha dentro de la habitación de su prima. Una idea algo extraña se forma en su mente. Guiando a Marcela hacia la ducha. Alan hace que Marcela entre a la ducha, donde tambien Alan lleva unas mancuernas que las pone en el piso de la ducha. Alan ata la cuerda a las ...