VOLVIENDO AL HÍPER
Fecha: 25/07/2023,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
-Bueno tesoro, te llevo a casa.
-¿Tan pronto? ¿No podemos jugar un poquito más?
-Bueee… A esta altura solo puedo hacer ejercicios orgásmicos. Tal como chupártela o metértela para que la sientas…, donde vos quieras, pero no quiero que se haga demasiado tarde, por si a tu mamá se le ocurre llamarte.
-Si, dale, otro poquito. Chupámela y metémela en el culito… ¡me gusta mucho!
-Bien, acostate y levantá las piernitas. – No hacía falta muchas indicaciones. Antes que terminara de hablar, Ximena estaba “colocada”.
Fui a su concha y comencé una nueva tarea de chupadas. Empecé con la ingle…
-¡Ay! ¡Me da cosquillas!
-Eso es lindo…
-¡Siii! ¡Pero me da risa! ¡Jejeeee!
-¡Es lindo que rías! – Mi lengua ya estaba pegajosa por la humedad de la nena. Se la metí hasta el fondo como un cañito. Con el pulgar le acaricié el clítoris. Lo tenía totalmente descapullado y durito. ¡Riquísimo, como siempre! Cuando fui con los labios al poroto, le introduje dos dedos en la vulva, buscando la zona del punto G. - ¡Mi amor! ¡Sos el placer total! ¡Sabor, aroma! ¡Sin igual! - ¡En verdad, es sin igual!
-¡Ay! ¡PapayÍn! ¡Cómo me gustaaa! ¡Ay Dios! ¡Me vieneee! - Levantó las caderas como diez centímetros. - ¡Aaaahhh! ¡Siiii! ¡Qué lindoo! - Chupé y tragué todo, todo…
-¡Me hacés sentir en la gloria! ¿Sabés papayín? No solo me gusta tener un orgasmo… ¡Me gustá muchísimo como me las chupás! Sentir tu lengüita en la conchita… ¡es tan rico! – Se seguía retorciendo de placer. - Nadie podrá hacerme tan ...
... feliz como vos. No es solamente gozar de sentirte con la boca en la conchita. Es mucho más… ¡Me llevás al paraíso!
-¿Acabaste bien?
-Si, si, muy bien. ¡Pero siempre tengo ganas de más! – Me tomó del cuello y me tiró hacia ella, para besarme.
-¿Voy al culito, mi amor?
-Si, claro. - Sin que yo dijera nada se levantó y se acomodó en cuatro.
-Subite encima, como hacés con Efi.
-¡Ayer se la metí parado!
-Pero ella me dijo que la montás, que te sentás sobre las caderas y empujás hacia adentro. ¡Quiero sentirte así!
-Apoyate firme, que peso.
-No importa. ¡Subite! – Tomé el gel. Antes de colocárselo, le besé el hoyito y le metí la lengua. - ¡Qué lindo! ¿Ves? ¡Todo lo que me hacés es maravilloso!
Le embarduné el orto, metiéndole un par de dedos. Me unté la pija y me acomodé sobre sus caderas. Se la fui enterrando de a poquito.
-¡Si, si! ¡Así! ¡Qué lindo! – Me sentí un rey ante tantas efusiones de placer.
Seguí hacia adentro. Cuando tuve la mitad adentro le di el empujón final…
-¡Ay siii! ¡Me mueroooo!
-¿Te duele?
-¡Noooo! ¡Me gustaaa! – La dejé un ratito, quieto, haciendo palpitar la pija. Me agaché a besarle la espalda, le acaricié las tetas… Comencé a bombear despacito. Una mano la tenía en su cintura. Con la otra fui al clítoris.
-¡Va! ¡Va! ¡Vaaaa! ¡Acaboooo! - ¡Dios! ¡Dos al hilo! Prácticamente. Me quedé un ratito y nos acostamos. No le saqué la pija. Ella levantó la pierna, y seguí bombeando. Giró la cabeza y nos besamos.
-¡Papayín! ¡Te amooo!
-Yo también, mi ...