VOLVIENDO AL HÍPER - Relatos Eróticos

VOLVIENDO AL HÍPER

... lleve a la felicidad total. Luego voy a ir a la iglesia a agradecérselo personalmente”. ¿Podés creer? ¡Sos un enviado del Señor!
-Bueno, peor es ser enviado del diablo…
-¡Dejate de joder! ¡Dale una tregua! ¡Jajaja! – Efigenia está divertida por la actitud de su amiga. - No le comentés nada, por favor. No quiero que sepa que te cuento lo que hablo con ella…
-No hay problema, Efi. Ahora voy a la obra.
-Chau tesoro… ¿Cuándo estás para mí?
-En próximos días, te lo prometo. ¡Todo para vos!
-Espero que sea así…
Me bañe, me vestí, y fui a la obra. Era la última semana de trabajo en esa obra. Después veré que hago. A la mañana siguiente me llamó nuevamente Ximena. Le dije que no podíamos, tenía que trabajar… Otra obra, esas cosas…, que era parcialmente cierto. ¡Tenía que tomarme un descanso! Aunque no duró mucho, pues a eso de las cuatro y media resolví ir a la obra.
Fui directamente a la casa de Danna, pues no había tiempo de ir a buscarla al híper. Llegué unos minutos antes de que llegaran Danna o Jazmín. Me quedé esperando en la camioneta.
En eso sentí un llamado.
-¡Hola ingeniero, estoy aquí! 
Miré hacia la puerta de la casa. Estaba una señora de unos cuarenta y pico, cubierta por un extraño camisón o cosa parecida, pero de unos 300 botones, por lo menos. Me saludaba con la mano. Bajé el vidrio de la ventanilla.
-Soy la mamá de Danna… - ¡Sonamos! Cayó la “vieja”… ¡estamos jodidos!
-Baje, por favor. Venga acá. – La señora me hizo señas para que entre.
Bajé, por ...

... supuesto, y fui hacia ella. No veía más que su rostro. Muy bella, muy tipo Danna. Sin duda, es la mamá. ¿De dónde mierda apareció?
-Si señora, mucho gusto. Yo soy…
-El ingeniero Dani, ¿no?
-Venía a… 
-Visitar a mi hija, ¿no? - Lo sabe todo, no me deja terminar… - Si, ingeniero. Danna me contó de usted. Haga de cuenta que lo conozco…, casi como ella… ¡Jajaja! - ¿Le habrá contado todo… todo? - Entre por favor. Pronto va a llegar. Seguro que ya viene Jazmín…, mi nieta. Ambas me hablaron muy bien de usted. ¡Un caballero total!
-Oh…, gracias, gracias… 
-Me agrada mucho que usted sea… amigo de mi hija…, y de mi nieta. Pase, pase, vamos a la sala. ¿Qué desea tomar?
-¿Yo? Bueno…, lo que usted quiera…
-¡Danna tiene de todo! ¡Jajaja!
-Si, lo sé.
-Tomamos algo. Lo que quiera.
-Lo que tome usted…
-Bueno…, un whisky, ¿le parece bien?
-Si, como no…
-¿Solo, con hielo o agua?
-Solo, por favor…
-Yo lo acompaño igual.
Fue hacia el mueble donde Danna tiene las bebidas. Pude verla mejor. Lo único que se notaba, bajo esa “cosa” que tenía puesta, eran unas muy opíparas tetas, por el bulto que generaba bajo el vestido. Y un soberbio culo, por lo que sobresalía atrás. ¡Está buena de verdad! 
Vino con los vasos y la bebida. Se sentó en el sillón, frente a mí, y sirvió la bebida sobre la mesita ratona. 
-Es un placer conocerlo, ingeniero.
-Soy Dani señora, con Dani es suficiente…
-Muy bien, yo soy Brigita, ¿recordará? Brigita…
-Si, por supuesto, señora Brigita. – Nos sonreímos ...