1. Los Panty de Dolores


    Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... y al ir a sentarme, me acerqué a ella y le di un beso en los labios. Fue un pico corto, pero fue en la boca. La cogió de improviso, no se lo esperaba. - ¡Uy! ¡Qué haces! ¡Descarado! –soltó, con una expresión a medias entre la sorpresa y la diversión. - ¿No has dicho que todavía estábamos fingiendo? Pues eso –me defendí. - ¡Anda que no tienes jeta, ya me quieres llevar al huerto! Entre esto, lo mirón que eres y la pajilla de anoche, al final te voy a encorrer con la alpargata –dijo riendo. Al menos no le había sentado mal. - ¡Eh eh! ¿Y tú qué? ¡Si tú meas con la puerta abierta! –repliqué. - ¡Ahhh, pero estoy en mi casa! –contestó. La conversación era distendida, y toda la discusión fue en broma. Luego hablamos de otras cosas; incluso de fútbol, y sorprendió que fuera algo entendida en ese deporte. A la hora de comer volvimos a casa, después del agradable vermú y un grato paseo. - Te invitaría a comer, pero es que no tengo de nada –dijo Lola. - No te preocupes, con las cervezas y el picoteo, no creo que c*** nada. - Bueno, pues otro día te subes a tomar café, ¿vale? Pero no te esperes hasta el sábado de mad**gada, porfa, ven antes –me invitó guiñando un ojo. - De acuerdo, esta semana paso un día. O también puede pasar tú –respondí. - ¡Vale! Pues esta semana nos vemos –y se despidió dándome un fuerte beso, esta vez en la mejilla.---------- El viernes siguiente, tras haber cenado, me tumbé en el sofá. Entonces me vino un relámpago a la cabeza: subir a casa de Lola. Era tarde, ...
    ... más de las doce, pero pensé que no importaba porque el día siguiente era sábado. Ni corto ni perezoso, y sin más preámbulo, subí arriba en pijama. Sólo era un piso y nadie más me iba a ver a esas horas. Toqué la puerta, y no tardó en salir a mi encuentro. Llevaba el camisón corto de la otra vez. - Anda, pasa –me invitó, con una leve sonrisa y los ojos entrecerrados. Entré, y observé un ligero resplandor luminoso: todo lo demás estaba a oscuras, y provenía de su dormitorio. - ¿Ya estabas dormida…? –pregunté con vacilación. - Medio dormida, pero no te preocupes… cogeré el sueño en seguida. Ya tienes la cama hecha –dijo, señalando hacia mi cuarto. - Vale, que descanses –le deseé. - Igualmente, guapo –contestó. Me acosté. Entonces se me ocurrió una cosa: como las veces anteriores me había lavado la ropa sin pedírselo, quería comprobar cómo reaccionaba si le dejaba mis calzoncillos. De modo que me desnudé, y los coloqué encima del montón de mi ropa en el suelo. Si venía a recogerla, los vería sin duda, y sabría que estaba desnudo.---------- Desperté sobre las diez. Abrí la ventana y advertí que no estaba las prendas. ¿Y ahora qué hacía yo? Me encontraba desnudo, y no obstante tenía que salir a su encuentro. Bueno, al fin y al cabo había sido mi decisión iniciar el juego y ahora tenía que apechugar. Salí al pasillo, y en seguida noté el aroma a café. Llegué a la puerta que daba al comedor, y asomé sólo la cabeza sin mostrar el cuerpo. - Hola, buenos días –saludé. - ¡Buenas! ¿Qué tal? ...
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