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Los Panty de Dolores
Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... somos pareja? –me preguntó risueña. - No sé. ¿A ti qué te gustaría más? –cuestioné a mi vez. - No lo sé. Pareja. ¡No! Madre e hijo. Bueno no, pareja mejor. ¡No lo sé jajaja! –su alegría era contagiosa, parecía una colegiala. - A mí me gustaría que pensaran que pareja. Así todos me tendrán envidia. - ¿Sí? Chico eres un auténtico adulador –dijo mientras seguíamos del bracete–. Vamos ahí. Te convido a un vermú. Fuimos a una terraza y pedimos dos cañas. Se estaba muy bien, al sol de primavera. - Pues no lo decía de broma, lo de la envidia –insistí, tras traernos el camarero las consumiciones. - ¡Anda calla, zalamero! –me exhortó–. Además, eres un poco guarrillo ¿eh? Te pillado mirándome, alcahuete –pero no había rastro de recriminación en su voz; más bien diversión. - Sí, bueno… Es que, yo no… –balbuceé. No tenía excusa, había sido una pillada en toda regla. - Ya, ya… –dijo en tono vacilón–. Y anoche escuché unos ruidos sospechosos, ¿no te podías dormir o qué? Aquello me dejó en fuera de juego. No me lo esperaba, porque ya había dado por sentado que no se había enterado. Pero al parecer sí, y encima se cachondeaba. - Yo… qué va… –dije rojo como un tomate. - “Yo yo yo” –repitió haciéndome la burla–. ¡Que no pasa nada, tontín, que te estoy tomando el pelo! No pasa nada por una pajilla. - No tengo defensa posible –y me eché a reír, cómplice de su broma. - Anda, acábate eso y vamos a otro garito. Terminamos las cervezas y fuimos a otro bar cercano. Me volvió a coger del bracete; ...
... parece que íbamos a ir así toda la mañana. - Y si pensaran que somos pareja, ¿te sentaría mal? –le pregunté con interés. - ¿Mal? ¿Por qué me iba a sentar mal? Qué va –contestó muy segura. - Y si… ¿Y si vamos de la mano? –le propuse con algo de timidez. Si ella me vacilaba, yo también quería jugar. - ¡¿Pero para qué?! –exclamó, y rompió a reír–. ¿Para qué quieres que vayamos de la mano? ¿En serio me lo estás diciendo? - Claro. - Venga va –y ella misma me soltó el brazo, y me cogió la mano. Seguimos andando así, de la mano como dos enamorados. No percibí mucha diferencia con la gente de la calle, no nos miraban extrañados. - ¿Ves? No pasa nada, no nos miran raro –manifestó Lola. - Ya… tienes razón –dije, e hice ademán de soltar la mano. - No, no, ahora te aguantas –dijo ella al notar que me soltaba–. Además, es muy agradable cogerte de la mano; hace mucho que no iba con un hombre de la mano –y me miró sonriendo. Llegamos a otro bar, y nos sentamos. A ella le iba el juego también, y tardó en soltarme, haciendo alguna carantoña en la mano. - Oye, es divertido esto –opiné. - ¿El qué es divertido? –preguntó Lola. - Fingir que somos pareja. ¿Seguimos fingiendo? –propuse. - Ya lo estamos haciendo tontín –rió ella. Como el camarero no venía, me levanté y fui a pedir a la barra. Me dio los dos tubos, y regresé al velador. De camino se me ocurrió una maldad: si Lola decía que todavía estábamos fingiendo, yo me iba a arrancar con un atrevimiento. Llegué a la mesa, puse los dos vasos encima, ...