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Los Panty de Dolores
Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... Pero te tienes que quedar a dormir. Que será muy tarde y me da miedo que bajes solo hasta tu casa –bromeó. - Jajaja perfecto, para mí no es sacrificio, aquí estoy mejor que en mi piso –aseguré. De modo que puse la película española que le había dicho, y nos gustó; reímos y comentamos las situaciones.- ¿Pones la otra? –dijo al terminar la primera película.- Sí, espera que la busque…- ¿Cuál es, cómo se llama? –preguntó con impaciencia.- La princesa prometida –contesté.- Algo me suena… Di al play y comenzamos a ver la segunda peli. Se me acercó poco a poco, arrimándose a mi cuerpo. Aquello me gustó, y me sentí como cuando veía la tele con alguna novia de mi edad, anteriormente. Sólo que Lola tenía cincuenta años. Conforme avanzaba el filme, fue juntándose cada vez más, y llegó a cruzar sus piernas sobre las mías. Me sentía muy a gusto, pero estaba nervioso. Tenía que lanzarme y hacer algo, porque Lola me excitaba y me gustaba, y habíamos logrado un alto nivel de confianza. Aún así, me sentía inseguro, porque no sabía si ella me seguía viendo como a un niño, como a su vecino de toda la vida hijo de su amiga. Justo me cogió la mano cuando uno de los personajes pronunciaba su famosa frase: “Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir”. Ya no la soltó en lo que quedaba de película, y apretó cuando los protagonistas se besaron al final. Cuando acabó la peli, apagamos la tele y nos dirigimos al pasillo, bastante somnolientos. Yo, como de costumbre, me ...
... dirigí a mi dormitorio. Pero cuando casi cruzaba el umbral, me agarró de la camiseta. - ¿Dónde vas? –preguntó. - A dormir, a mi cuarto. - Anda ven, tonto. Duerme conmigo. Me cogió de la mano, y la seguí, entrando en su alcoba. Se quitó el chándal, quedando en ropa interior. Entonces se desabrochó el sujetador, liberando sus pechos. Eran dos senos redondos y hermosos, con la evidente caída de la edad, pero completamente apetecibles. Intenté disimular, pero me la quedé mirando inevitablemente. - ¿Qué miras? No vamos a hacer nada, eh –dijo burlona, mientras se ponía una camiseta vieja para dormir. - ¿Yo? Nada –respondí, y me quité los pantalones y la camiseta, fingiendo normalidad–. Pero te aviso que duermo en calzoncillos. - Toma y qué. Yo duermo en bragas –replicó. Y así nos metimos en la cama. Yo en calzoncillos, y ella en bragas y camiseta. - Buenas noches –dije. - Buenas noches Tomasín, eres un encanto –respondió, y me dio un beso en la espalda. Pasaron unos segundos de silencio, en los que los dos permanecimos quietos. - Oye Tomasín, tengo frío en los pies. ¿Te da igual si los pongo en tus piernas para que se calienten? –me pidió, rompiendo el silencio. - Pues claro que no, Lola, ponlos. Los enroscó entre mis gemelos, pero la verdad es que no estaban muy fríos. Puede que fuera una excusa para tocarme. Mi miembro empezó a crecer, al sentir su contacto. - ¿Mejor? –pregunté. - Uy sí, mucho mejor –contestó, y entonces arrimó todo su cuerpo contra el mío, envolviéndome–. Y así mejor ...