1. Los Panty de Dolores


    Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... labios. Metí los dedos mínimamente bajo el tejido, y los volví a sacar. Un estremecimiento sacudió a Lola. - Cabrón… –susurró. Su voz era puro deseo, que se transmitió a su mano, apretando con más fuerza mi polla. Le acaricié las ingles, metiendo y sacando alternativamente los dedos por encima y debajo de las bragas. Noté su vello púbico, que escapaba rebelde a los límites del elástico. Metí entonces por completo mi mano dentro de su ropa interior, y la dirigí a su peludo coño, que rezumaba flujo. Recorrí todo su sexo, y un nuevo estremecimiento se apoderó de Lola. Encontré su clítoris y lo froté, y Dolores se sacudió por completo. - Cabrón… vas a hacer que me corra antes de tiempo –susurró. La besé mientras seguía jugueteando con su botón. Ella había dejado de pajearme, y se concentraba únicamente en sentir. - No pares… por favor –imploró. Casi sin querer, mis dedos se deslizaron en su interior. No había notado a una mujer tan húmeda en toda mi vida. - Ahhh, mmmh –suspiró, al notarme dentro de ella. Introduje un segundo dedo en su coño, y aumenté el ritmo. Estaba tan lubricada que los dedos resbalaban al entrar y salir. Entonces, con el pulgar, empecé a trazar círculos en su clítoris. Le pillé el ritmo en seguida: ella me guió al principio con su mano, y luego me dejó que siguiera. - Sigue así… un poquito más rápido –me pidió. Obedecí, viendo venir su orgasmo. Se pegó más a mí, dificultando mis maniobras, pero aún así seguí con el mismo ritmo. Me cogió la mano libre y ...
    ... apretó con fuerza, al mismo tiempo que me besaba. - ¡Joder…! –gritó, justo en el momento en el que el orgasmo se la llevaba por delante. Su cuerpo se tensionó contra el mío, y pude sentir cómo se cerraba su coño en torno a mis dedos. Atrapó mi labio inferior con su boca, durante los largos segundos que duró su placer. Me apretó tanto que me hizo un poco de daño, pero al mismo tiempo me excitó. Tras un rato que pareció interminable, liberó por fin mi boca y mi mano, y separó de mi cuerpo, quedando boca arriba. Con cuidado, apartó mi mano de su sexo. - Ufffff –suspiró, exhausta. Mi mano estaba mojada y pegajosa. Me la acerqué a la nariz y la olí. El aroma era delicioso, a sexo femenino recién horneado. - ¿Qué tal? –me interesé. - Uffff Tomasito, no puedo hablar… –dijo–. Déjame que me recupere. Me quedé tumbado, satisfecho del trabajo bien hecho. Mi excitación era increíble, pero me gustaba esperar pegado a su piel. Tras varios minutos en los que se mantuvo absolutamente quieta, mientras yo notaba su cálido aliento en mi nuca, se movió hacia su lado de la cama. Escuché unos ruidos, mientras Lola tanteaba a oscuras. De repente, se hizo la luz. - No te importa que encienda, ¿verdad? Quiero ver lo guapo que eres –me dijo. - Claro que no –contesté sonriendo, y la besé. Su figura desnuda era espectacular, y su rostro, ardiente tras el orgasmo experimentado, de una belleza artística. Acostada, y apoyada la cabeza en la mano, me recordaba a una pintura clásica. Sus ojos oscuros me miraban ...
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