1. Los Panty de Dolores


    Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... me tocas… –dijo con voz entrecortada. Volvió a cogerme la polla, arrastrando la piel arriba y abajo; yo le metí dos dedos en el coño, lo que le originó un nuevo estremecimiento. - Ufff, Tomás, no sabes cuánto te deseo… Sí que lo sabía. Porque yo a ella la deseaba más aún. Me acerqué y la besé, ofreciéndole mi lengua, en un gesto lúbrico pero cargado de cariño. Lola me correspondió con pasión, agarrándome el pelo de la nuca y atrayéndome a ella. - ¿Sabes cuánto hacía que no follaba? –preguntó mientras me daba besos por la cara y el cuello. - No… - Más de un año –contestó entre más besos. - No me lo creo… estás buenísima… Le metí la lengua en la oreja, y noté cómo un escalofrío recorría todo su cuerpo. - Adulador… ufff… por suerte para el próximo polvo queda mucho menos –jadeó. Seguimos besándonos y magreándonos unos minutos, como unos adolescentes que se van descubriendo mutuamente. - Ponte de pie –me ordenó, al cabo. Le obedecí y me levanté, quedando mi miembro completamente erecto a escasos centímetros de su cara. Lo observó con avaricia, con gula, como si fuera un helado que está a punto de saborear. Lo acarició por los lados, rozó los testículos, y por fin, lo probó. Sacó la lengua y tocó apenas la punta del glande, encendiendo al máximo mi deseo. Entonces me miró a los ojos, como preguntándome "¿sigo?". Sabía muy bien lo que se hacía. Tal vez hiciera más de un año que no se acostaba con un hombre, pero desde luego no se le había olvidado y conocía todos los trucos. Yo ...
    ... le devolví la mirada, una mirada suplicante, sin decir una palabra, pero transmitiéndole todas mis ganas. Entonces me besó el glande, y se lo metió en la boca despacio. Pero no continuó chupando. Se lo sacó y volvió a dirigirme esa mirada interrogante. Madre mía cómo me ponía. - Sigue, por favor –le imploré. - Quería que me lo dijeras –confesó con voz maliciosa. Me agarró una nalga con cada mano, y abriendo la boca, se introdujo del todo la polla, hasta el fondo. No sólo no le entraron arcadas, sino que se puso a mover la lengua con una destreza que me hizo ver el cielo. Tenía toda la polla dentro de su boca, el glande me rozaba en el paladar, y la lengua jugueteaba con mi frenillo. La mamada solamente acababa de empezar, y ya me parecía la mejor de mi vida. Mirándome a los ojos, siguió con sus movimientos linguales, mientras con las manos me apretaba y masajeaba el culo, clavando sus uñas en mi piel. Una sensación única. Pasó uno de sus dedos por detrás, acariciando suavemente el perineo y los testículos. Casi me corro del gusto. Ella notó mi reacción, así que se sacó el pene y succionó los huevos. Había visto que me gustaba eso, y quería prolongar mi placer. Sí, sin duda sabía lo que se hacía. - No te corras aún, cariño. Quiero que disfrutes –dijo con ternura, mientras me besaba la base y los lados. - No... no... tranquila –atiné a decir con los ojos cerrados. Haciendo un pequeño círculo con los dedos índice y pulgar, pasó la polla por ellos, masturbándome. Desde la punta ...
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