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Los Panty de Dolores
Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... restaurado una amiga. Iba a ir ahora a su casa a llevármelo. ¿Me acompañas? - Claro, cómo podría negarme –contesté. Era verdad. No podría decir que no, después de lo bien que me había tratado. Me acogió, me acostó, lavó mi ropa, me da café… Imposible negarse. - Que no hace falta, sólo si quieres. Que me imagino que estarás hechico polvo. - No no, tranquila, así me despejo –aseguré. De manera que salimos juntos del edificio y nos metimos en su coche. Era viejo pero amplio. Condujo unos minutos por las calles, hasta llegar a casa de su amiga. No estaba lejos, pero para ir cargado con un mueble, mejor con el coche. Tocó el timbre y nos abrieron en seguida. Ya la estaban esperando. - Veo que te traes ayudante –observó su amiga, una vez llegamos a su piso. - Es el chico de mis vecinos. Como es joven y fuerte, me aprovecharé de él y le haré cargar con todos muebles que nos dé tiempo –bromeó. - Pues sí, que es buen mozo y bien majo –le acompañó la amiga. Yo no dije nada, tan solo reí ante su broma cómplice. Resultó que el mueble en cuestión no era para tanto, simplemente una mesilla no demasiado aparatosa. Lola me ayudó a cogerla, pero me di cuenta de que podía llevarla yo solo fácilmente. - Quita quita Lola, que puedo yo solo –afirmé. - ¿Seguro? –preguntó Lola. - Que sí mujer, ¿no ves que no está arguellao? –dijo su amiga. Bajé la mesilla de noche en el ascensor, y la metimos en su coche. Llegamos a nuestro bloque y la subí hasta su piso sin mayor problema. - Déjala por ahí, en ...
... cualquier habitación. Ya pensaré dónde la pongo –me indicó, ya en su casa. La coloqué en la habitación donde había pasado la noche. Salí y Lola me acompañó hasta el recibidor. - Bueno, has sido muy amable por traerme la mesilla –manifestó. - ¿Yo? Pero qué dices por Dios. Si hoy has hecho de todo por mí –contesté, sincero. - Anda tira, no he hecho nada del otro mundo. Pero tú, resacoso y cansado, has ido a buscar la mesilla y no tenías por qué –perseveró con tozudez. - Hombre, no podía negarme Lola. - Bueno bueno, que te has portado muy bien –zanjó con una sonrisa. Estábamos en el recibidor de la entrada, junto a la puerta abierta ya. Entonces me plantó un beso en la mejilla, muy de madre, como de agradecimiento por los servicios realizados. - Ya te pasarás otro rato a tomar el café, que me lo he pasado muy bien –dijo–. ¡Pero si vienes a esas horas, por lo menos llama al timbre y no forigues con las llaves, que no me quiero llevar otro susto! –no me pareció que bromeara del todo, sino que creo que era medio en broma medio en serio. - Pues claro Lola, el próximo sábado que salga vengo y llamaré a la puerta, que estoy mejor que en un hotel –le seguí el vacile. - ¡Sin problema, yo encantada! –y nos despedimos riendo.---------- La semana transcurrió de manera corriente. A trabajar, hacer la cena, dormir; lo habitual. Me crucé un par de veces con la Dolores, una en la escalera y otra en la calle, y nos saludamos y hablamos con total normalidad. A pesar de nuestra pequeña broma cuando ...