1. Soy la puta de mi yerno.


    Fecha: 04/10/2018, Categorías: Incesto Autor: voxdey, Fuente: RelatosEróticos

    ... sabanas, para mostrarse majestuosamente erguido. No me case virgen, ni mi marido fue mi primer hombre, así que podía compararlo, pero jamás había visto un miembro masculino de tales dimensiones, debe medirle unos 25cm, pero lo que mas asombraba era el grosor que ronda entre los 12 o 14cm., mi reacción fue quedar absorta, admirada, pasmada, ensimismada, si no estaba despierta aquel descubrimiento lo hizo.
    
    No sabía que hacer, como obrar, como proceder, algo si era cierto, no podía dejar de contemplar, de ver, de recorrer con los ojos a aquel falo, lleno de venas henchidas, circuncidado, que mostraba un glande pavoroso, brilloso como una manzana acaramelada, sentí vergüenza, timidez, rubor, sofoco, sonrojo, corte, bochorno, retraimiento; mi yerno estaba ahí a lado mío totalmente empalmado y con un miembro de exhibición, perdí la noción del tiempo y el espacio, solo tenia la máxima precaución de no ser descubierta por Javier, era muy fuerte aquella situación, pero tenia su parte adictiva, no podía dejar de verlo, sigilosamente me acercaba para observarlo más de cerca, hasta llegue a acercar mi mano, no para tocarlo pero si para tener una escala algo real de aquel tamaño, con este acercamiento pude detectar el calor que rodeaba aquel miembro, más allá de que las relaciones con mi marido hacían unos 20 años se había muerto para siempre y no habiendo otro hombre en mi vida, no podía separar que el dueño de aquel monumento era mi yerno, mi único yerno del cual nunca había tenido ...
    ... ningún indicio de tal porte, mi hija y yo no hablamos nunca de estas cosas.
    
    Así habré estado unos 20 minutos, sin poder dar crédito a mis ojos pero si sintiendo un cosquilleo olvidado y recordado por esta curiosidad. Todo hubiera transcurrido normalmente, si es que cabe la palabra, y no hubiera pasado de allí, si es que Javier empezó a moverse como molesto por el calor, quede , desconcertada, pasmada, sorprendida, sin saber que hacer, cuando dormido aún dio un giro brusco hacia mi lado dejando aquel falo, que no perdía su erección, apuntándome desafiante, sentí la necesidad de no ser descubierta por Javier y con la mayor cautela, volví a acostarme dándole la espalda a Javier y su dicha, no podía volver a dormirme, me mataba la curiosidad, la ansiedad, la vergüenza, tanto que se me cortaba la respiración, me sentía agitada, alterada, intranquila, inquieta.
    
    Totalmente obnubilada ya, sin darme cuenta, ni pretenderlo, me fui subiendo el camisón hasta que me quedo a mitad de mis nalgas, y con la mayor prudencia posible empecé a retroceder, solo con la intención de rozar aquella maravilla de la naturaleza, tal fue mi suerte que cuando logre mi cometido aquel falo estaba a la altura de la mitad exacta de mis 2 nalgas, al sentir llegar a destino allí me quede quieta un buen par de minutos, pude comprobar lo que intuyo mi mano, aquel miembro ardía, quemaba, abrasaba; esta situación me hizo empezar a agitar más de lo que ya estaba, me nublaba la razón, como consecuencia me sentía ...
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