Padre le enseña a su hijo a follar - Relatos Eróticos

Padre le enseña a su hijo a follar

... cuerpo hasta que mi pene estaba frente a su cara y él inesperadamente me tomó con sus manos, sacó su pequeña lengua y empezó a lamerme. No empujé, dejé que hiciera lo que quisiera, ya habría tiempo para preparar su boca y que recibiera mi pene. Su ano me bastaba por ahora.
- ¿Papi? ¿Qué es un coño? ¿Por qué le dijiste coño a mi ano?
- Puedes decirle cómo quieras, cuando estaba cerrado era un ano. Ahora que lo abrí también se le puede decir coño. 
- Aah está bien.
- ¿Cómo está tu coño? ¿Te sientes bien?
Lo pensó un momento y tímidamente me dijo.
- Se siente caliente. Me duele un poco pero me gusta.
Tomé una toalla del buró y limpié su estómago. 
- Muy bien. No lo haremos de nuevo hasta dentro de unos días. 
- ¿Por qué? 
- Porque te dolería mucho y si descansas, vas a sentirte muy bien cuando te folle de nuevo.
Alzó las manos y gritó felizmente.
- ¡Si! ¡Quiero que me folles! Me gustó mucho y quiero probar más leche de papi.
Oh la espera. Asentí.
- Vamos a bañarnos.
Sus piernas le temblaba tanto que lo cargué al baño. Abrí la llave y esperé a que se calentara. Entramos, mi niño está de espaldas a mi y, volteando su cabeza y abriendo con sus manos su ano temblosoro, me dijo juguetonamente.
- Papi aún sale leche de mi coño ¿Me ayudas a lavarme?
Santo Cristo! Mi hijo nació para ser una puta! Asentí.
- Abre bien tu coño hijo. 
- ¿Así?
Me dijo con sus dedos dentro de su ano extendiéndolo. Usé una mano para jugar con sus pezones, estirandolos y rodandolos en mis ...

... dedos, mientras metía dos dedos en su coñito y trataba de llegar lo más lejos posible rozando su próstata suavemente. Burlándome de él. 
- ¡Papi! 
Gimió frustrado, mientras movía sus caderas.
- ¿Qué pasa mi niño?
- ¡Quiero tu pene! Follame otra vez por favor.
Mi pene ya estaba medio duro, si tanto lo quería entonces estaba listo para no poder sentarse lo que restaba de la semana. Con el agua cayendo sobre nosotros, no se dio cuenta cuando agregué lubricante a su ano y de un golpe me enterré fácilmente en él, gracias a nuestra primera follada. Sorprendido, pero satisfecho, gritó cada vez más fuerte mientras empezaba follarlo duro. Con largas y profundas estocadas, no muy rápidas. 
- ¡Así papi! Follame.
Me acerqué y le hablé al oído.
- Tu lo pediste.
El movía sus caderas tratando de acelerar, pero yo lo agarré y lo obligué a ir a mi ritmo. Cuando salí de él hizo un gemido de protesta, pero inmediatamente lo volteé y lo alcé. Sus piernas apretando mi cintura mientras alineaba mi pene y me enterraba hasta el fondo. Tomando un segundo para disfrutar de la sensación y comenzar a follarlo rápido y duro mientras tomaba uno de sus pezones en mi boca. El alzaba la cabeza gritando su placer. 
- ¡Aaaah papiii! ¡Ah! Dame... Quiero leche.
Unas cuantas embestidas más y derramé mi leche dentro de su canal. 
Ya que estábamos en la regadera, el semen se limpió más fácilmente de mi pene y su estomago así que solo limpié el semen dentro de mi niño, que se retorcía mientras metía mis ...