Padre le enseña a su hijo a follar - Relatos Eróticos

Padre le enseña a su hijo a follar

... dedos y se corría de nuevo. 
Salimos de bañarnos ambos desnudos.
- Papi... ¿Podemos hacerlo de nuevo?
- Mmm ¿Mi niño quiere que lo folle otra vez? ¿No estás cansado?
Él solo negó, bajando la cabeza tímidamente.
Me acosté de espaldas en la cama, tomé mi pene, ofeciendocelo y le dije.
- Entonces ven y montame.
El frunció el ceño, confundido.
- ¿Cómo papi? Yo...
- Ven. Siéntate en mi pene.
Pasó su pierna sobre mis caderas y bajó un poco su culo mientras yo mantenía mi pene apuntando hacia arriba y lo frotaba en su entrada temblorosa. El gimió, moviendo sus caderas, haciendo que la cabeza de mi pene se frotara contra el con más fuerza, sin penetrarse, con sensuales movimientos. 
De repente se dejó caer, penetrandose completamente. Ambos gemimos fuerte. Apenas me dió tiempo de disfrutarlo, cuando comenzó a moverse experimentalmente, de un lado a otro, en círculos y de arriba a abajo. Yo no me movía, lo deje hacer.
- ¡Mm! ¡Mmm!
- Así mi niño. ¡Mm! Jodete en mi pene. ¡Arg!
Tomó ritmo y ahora subía y bajaba más fácilmente.
- ¡Ooooh! ¡Mi coño papi! ¡Ah! ¡Mi coño! Tan adentro... Estás tan profundo!!
Después de un rato vi que estaba comenzando a cansarse. Así que lo abracé fuertemente, acercándolo a mi pecho, tomé con mi mano una de sus nalgas, separándola y penetrandolo fuerte, profundo y rápido.
- ¡Uuaaa! ¡Paaapiiiiii! ¡Aaaaaaah! ¡Aaaay! ¡Paaaa...! ¡Aaaaaaah!
De tímido pasó a ser gelatina en mis manos, suave y sólo podía gemir y gritar incoherencias. Su coño se ...

... apretó a mi alrededor tan fuerte que casi no podía moverme, pero seguí golpeando una y otra vez. 
El se corrió, arqueando su espalda y gritando al techo, apretándome aún más fuerte. Su semen golpeando mi estómago y llegando hasta mi barbilla. Inmediatamente sentí como si mi pene se derritiera en su interior y lo seguí, llenándolo de mi leche. 
Jadeaba suavemente, había colapsado y estaba acostado en mi pecho con mi pene aún profundo en su interior.
Si cuerpo temblando de vez en cuando. Tomé su culo y salí de el, sintiendo mi semen gotear por su ano abierto hasta mi flácido pene.
Ya más tranquilo froté su culo en mis manos, tocando su abierto coño con mis dedos, sin meterlos. 
- ¿Mm? ¡Mmmm!
Gemía cansado y con una sonrisa satisfecha en su boca. Llevé mis dedos húmedos a mi boca, él me vió y se estremeció, estirando su cuello y abriendo su boca, queriendo probar. Volví a su coño y hundí mis dedos para tomar lo más que pudiera y llevarlos a su boca.
- Déjame limpiar tu coño y te daré mi leche.
Estaba moviéndome cuando de repente, aún encima de mi, se voltea y comienza a limpiar mi pene con su lengua. Arquee mi cuello y gemí fuerte por la sorpresa he instintivamente tome su cabeza acercándola más a mi pene.
Al verlo me di cuenta que su coño estaba justo frente a mi cara rojo y tembloroso por la fuerte follada. Si boca se abrió y tomo la cabeza de mi pene en su boca, lamiendola como un helado. Mi niño es un natural. Deje su cabeza y tomé su culo, abriéndolo y frotandolo con ...