¿CARABELAS CON AGUJEROS? - Relatos Eróticos

¿CARABELAS CON AGUJEROS?

En algún momento, hace tiempo, lo aclaré pero, ahora, por las dudas que te hayas olvidado, o nuevos lectores, voy a repetirlo.
	Todos estos relatos, que parecen continuos, que suceden uno tras otro, no es así. Todo, pero todo, sucedió y sucede, en el transcurso de más de 30 años. Cuando pareciera que hay más de diez mujeres en danza, al mismo tiempo, no es así. Esas diez mujeres, son parte del tema…, durante cuatro o cinco años. No soy tan padrillo o semental como parece. Me tomo mi tiempo…, o “el tiempo” me hace tomármelo. Lo más probable. Así que tenlo en claro. La continuidad del relato se debe a que de esa manera ignoro los “tiempos muertos”. 

	Estaba con Enriqueta en nuestro primer encuentro. Tres orgasmos en no mucho más de media hora…, en tres poses distintas. ¡Así da gusto!
-¡Ay papito! ¿Viste? Tuve tres orgasmos, de tres maneras distintas. – Ella también se había fijado. - ¡Es tan lindo! Sos tan creativo…, me hacés gozar de todas maneras…
	Estamos acostados, abrazados, entre caricias y besos. Zalameros. 
-Papi…, no has eyaculado… ¿Cuándo me darás tu semen?
-Cuando quieras. Me dijiste que querías que lo hiciera en tu boca.
-¡Si! ¡Eso! ¡Te la mamo! Cuando me la diste, luego de mi primer orgasmo, cuando me chupaste…, ¡me gustó tanto! ¡Tan rica, tan sabrosa! ¡Hermoso aroma! 
-¡Dale! ¿Te acuestas boca arriba? Así hacemos una cubana… ¿quieres?
-¡Claro! – Inmediatamente Quiti se colocó boca arriba. Puse ambas rodillas a los costados de su estómago, para que la ...

... pija quedara cómodamente instalada entre sus tetas. 	Se las tomó con ambas manos y me pajeaba placenteramente, sonriendo e intercambiando su mirada entre mis ojos y el glande, húmedo y brillante. Yo llevé una de mis manos hacia atrás, entre sus piernas, y le metí un par de dedos en la concha. Con el pulgar trataba de acariciarle el clítoris. 
-¡Ay papito! ¡Me vas a hacer correr de nuevo! ¡Es tan lindo! 
-¡Si! ¡Hermoso! ¡Tus orgasmos son gloriosos! – Con la mano libre le acaricié la carita, tan linda, tan lujuriosa… - Cuando te diga, abrí bien la boquita y saca la lengua, así no se desperdicia nada. 
Seguíamos en esa tesitura. Paja de tetas para mi pija y sobada de concha de mí parte.  Enriqueta ponía los ojos en blanco, mordiéndose el labio inferior.
-¡Ay paaapitooo! ¡Ayyy! ¡Me vieeeneee!
-Ya está, tesoro. ¡Abrila bien! - Abrió la boca hasta parecer un caño de cuatro pulgadas, sacó la hermosa lengua. Apoyé el glande sobre ella. 
-Dale, mamala. Me gusta cómo chupás. Me gusta sentir tu lengua y tus labios. Son muy lindos. Siento como acaricias la pija. 
-Si, si, papito. Me gusta mucho tenerla hasta la garganta. ¡Es tan rica! 
-Así, así, mi amor. Tu mamada es gloriosa. Tan rica. - Ella sonreía y mamaba. Con una de las manos se refregaba la concha.  - ¡Mamita, que bien que mamás! ¿Querés que te chupe la concha para acabar?
-No papito. Al chuparla ya me dan muchas ganas. ¡Tú pija es hermosa!
-No tan linda como tú concha y tu culo. - Tenía que retribuir galanterías. 
-¡Qué ...