¿CARABELAS CON AGUJEROS? - Relatos Eróticos

¿CARABELAS CON AGUJEROS?

... cada vez con mayor intensidad. Estuvimos disfrutando varios minutos. Me apretó con sus músculos internos, llegando juntos al orgasmo. Nos separamos, quedando ambos boca arriba. Gracias a las pastillitas la pija siguió dura. 
-Ponete de perrito, mi amor. Me gusta verte el culo bien parado.
-Si papito, como quieras.
-¡Qué lindo que lo tenés! ¡Tan hermoso!
-Pero…, no lo veo… ¡jajaja! Le tenés que sacar una foto. ¿Dónde tenés el celu?
-La saco con el tuyo. Luego hacés lo que quieras. – Lo besé y lamí. Metí la lengua adentro. Le puse el lubricante.
-Dale, dale. Sacale la foto. - Me indicó donde estaba. Enfoqué ese culo maravilloso y filmé. De frente, de un costado, del otro, desde abajo, la concha y el ano en primer plano. 
-Metemela mientras filmás. - Eso hice. Lo dejé un momento al costado para poder calzar el glande. Allí sí. Mientras entraba despacito, con una mano tomaba su cadera y la otra con el celu. Mientras entraba, la filmaba. Hasta el fondo. 
-Así está bien, mi amor.
-Mostrame… - Sin sacársela, le alcance el celu. - ¡Aaahhh! ¡Genial! ¡Qué lindo se ve! ¡Cómo me la metés! ¡Genial!
La tenía bien adentro. Se la saqué para acomodarme.
-¡No! ¡No me la saqués!
-Es para montarte mejor, mamita… - Montar ese magnífico culo es grandioso. 
-Filmá, filmá como me la metés. ¡Dale! – Quiti, sin dejar su postura, me alcanzó el teléfono. 
	Filmando se la volví a clavar. No hubo ningún problema. 
-Filmame bien. Que se vea como la metés, y como me la movés dentro. ...

... ¡Dale! ¡Un poema de cogida! - Enriqueta estaba entusiasmada. - ¡Papito! ¡Es grandioso lo que hacés! ¡Cómo me gusta! ¡Jamás cogí tan lindo!
	Siempre con el celu en la mano, comencé con un mete y saca. No sé cómo saldrá eso. Para colmo, Quiti acompañaba con el movimiento de las caderas. Yo trataba ser un camarógrafo creativo. Le acerqué el celu al rostro, desde el costado. Quiti sonreía mientras filmaba y culeaba. 
-¡Ay papito! ¡Me vieneeee! - Un nuevo orgasmo de Quiti. ¡Qué bueno! - ¡Papito! ¡Cómo me gusta! ¡Sos genial!
Nos tiramos en la cama. No se la saqué y quedamos de cucharita. Seguí filmando. ¡No sé qué carajo saldría! Quiti giró su rostro y nos besamos como los mejores amantes. Seguí bombeando un poco más hasta que me cansé. Nos quedamos tirados tratando de recuperar respiración. Realmente amaba a Enriqueta, apenas dos horas luego de conocerla… ¡Qué hembra maravillosa! No solamente una gran cogedora. ¡Es tan dulce y cariñosa!

Serían una o dos de la mañana. Habíamos dormidos un par de horas. 
-Dani, mi amor… ¿Sabías que soy casada?
-Si, claro. Vi entrar un par de veces un hombre a tu dpto. Me pareció tu marido…, bueno… creo, un poco mayor que yo, de cabello blanco y anteojos… ¿no?
-Si, claro. Es él. 
-¿Y por qué no está?
-Trabaja para una petrolera internacional y anda de investigación por todas partes, pero eso no es nada, no solamente el tema de estar tanto tiempo sola. Cuando viene, una o dos semanas, no me atiende como debería. Te habrás dado cuenta, soy muy ...