Abuela beatriz
Fecha: 15/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: pocker123, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... placer y lujuria. Juan en cada estocada abría un poco más ese anillo que había permanecido cerrado quien sabe por cuanto tiempo. Su abuela gozaba con la estaca ensartado en su hoyuelo y eso a el lo llenaba también. Las bolas rebotaban en la carne firme y mordía el cuello de Bea hasta casi hacerlo sangrar.
Serruchaba y serruchaba y las vibraciones empezaban a buscar el estallido final del joven. Su perno se iba inflamando cada vez mas dentro del ojete de Bea. Sentía que las corrientes eléctricas lo envolvían y lo hacían sucumbir al deseo, a la locura que significaba todo aquello, estar cogiendo a una mujer mayor, y que esa mujer fuera su abuela, ni en sueños mas remotos hubiese tenido esa fantasía, que ahora era tan real.
Apretó los dientes, fue gritando y gruñendo, aferrado a las caderas de Bea, ella susurrando, ella convidándolo, ella retándolo a que le llene el culo con la leche potente. El vaciándose una vez más, en el interior de la mujer, está vez en el anillo profundo, caliente, sabroso, mágico.
__¡Tienes un culito divino Bea, me encanta ese agujero!!
__¡Veo que eres un pervertido!!¡Coges a tu abuelita y la coges por el culo!!¡Chico malo!!__ Bea hablaba y acariciaba las tetillas del chico. Buscaba la boca y se besaban calmos, mas tranquilos, pero no menos ardientes.
El falo de Juan caído a un costado, con rastros de jugos, ella desnuda, con pequeños hilos de baba también cerca de los genitales, sintiendo como chorreaba su cola aquel néctar que le había ...
... inoculado su nieto.
Los días siguieron pasando. El abuelo ya se había marchado definitivamente. Algunos sábados por la tarde Bea y el se llegaban a la localidad cercana en auto y lo visitaban. Luego regresaban a la casa donde vivían.
Un día de tantos al regresar se detuvieron en un recodo del camino, cerca del río. La arboleda primaba por doquier. Era casi noche ya, no andaba nadie por esos olvidados parajes.
Bea quito de un manotazo el pantalón corto de Juan, que hacía rato no usaba calzoncillo. Salto el muñeco como con un resorte. Sentado en el asiento del auto con la puerta abierta, la mujer se metió el garrote en la boca. La baba resbalaba por el miembro, los gemidos del chico se esparcían en el aire. Bea glotona chupaba y mamaba como poseída.
Luego se puso de pie, llamando a Juan. Se apoyó en el capot, sacó su cola hacia atrás. Juan se agachó y escupió en el anillo de la mujer, paso unos momentos la lengua, sin dejar de salivar y escarbar en el ojete divino de la abuela que resoplaba y gemías, aullando como perra que era.
La espada entró de un golpe y el nieto empezó a taladrar, a bombear prendido de la tetas abundantes y gordas. Mordía la oreja. Iba y venía dentro de aquel canal que lo volvía loco. La abuela dejaba que su culo fuera poseído por aquel macho que era su nieto. Juan entraba, salía y volvía a clavar la daga. Besaba el cuello de la mujer. Sabía que llenaría el culo en unos instantes, por eso aceleraba la embestida gimiendo y sintiendo que ...