Deseo Tardío
Fecha: 05/10/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... me haga sentir, un poco más mujer.-
Es lógico, mi condición lo hace difícil y, por momentos me resigno a ser mujer por Internet.-
Por supuesto, yo sigo una doble vida, hombre en la generalidad, y cuando puedo y estoy solo, mujer. No me animé jamás a salir como tal a la calle y mucho menos a asistir reuniones donde otras crossdresser están.-
A veces, cuando estoy más excitada salgo a la calle, obviamente vestido de hombre, pero me pongo debajo de la ropa exterior, una de mis tangas y medias.-
Así fui a trabajar un día, pase todo el día con esa ropa, iba al baño cuando nadie había y me sentaba en la tasa, como las mujeres, vivía un estado de semi excitación, que iba a crecer, seguramente al llegar a mi casa (ese día iba a estar solo) y exhibirme por Internet.
Tomé el subte para volver que, como siempre a esa hora va muy lleno. Como siempre también había apretujones y “apoyadas”, pero era algo normal y no significaba más que gente tratando de lograr un espacio donde ponerse. En el viaje, me tocó tener detrás mio un hombre que de pronto apoyó su parte delantera fuertemente en la cola. Yo por supuesto no reaccione, sonreí intimamente, sintiendo claramente el bulto del hombre en mis nalgas, pero no pensé que en realidad el señor que estaba detrás mio hiciera eso con una intención sexual, sin embargo enseguida me extrañé. Es que el mencionado se quedó allí, sin intentar de modo alguno despegarse de mí. Se aplastó a mis nalgas, y allí se mantuvo por más de un par de ...
... minutos. Teniendo en cuenta como yo me sentía, por cierto que nada hice ni, menos dije, solamente me quede quietito, en ese momento sentí que en realidad me estaba quedando quietita, disfrutando de lo que sentía.
El subte siguió su marcha y en algún lugar se bamboleó, esa fue la oportunidad que mi desconocido aprovecho para moverse, pero no apartándose, sino refregando su pubis contra la cola. Inexplicablemente comencé a sentir cierta sequedad en la boca, mi respiración se hizo agitada, y el estómago me cosquilleaba, y, lo más importante me sentía cada vez más excitada. ¿Sería cierto lo que me estaba pareciendo, o era nada más que mi imaginación? Para comprobarlo, el, perdón, la que se movió ahora fui yo. Saqué mi cola hacia afuera, siendo yo la que me apretaba a él y luego me meneé suavemente. La reacción no se hizo esperar, como si me quisiera penetrar allí mismo y con el pantalón puesto, el hombre empujo sus genitales exactamente en la zona entre mis nalgas. Sentí un inmenso placer y, por supuesto, no tenía intenciones de hacer que eso se acabara, ¡todo lo contrario!. Así que me quedé quietecita, dejando que ese inesperado “amante” satisficiera sus sucios deseos en mí. Miré a través del espejo para averiguar quien era y como era. Aliviado advertí que se trataba de un señor mayor, inclusive mayor que yo. Observé, también en ese momento que el también me miraba a través del reflejo del vidrio de la ventanilla, al darme cuenta de eso bajé la vista, recatada, pero sin hacer ...