Deseo Tardío
Fecha: 05/10/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... nada para que la situación no siguiera.-
En un momento del viaje pude sentir que el hombre se hacía un tanto hacia atrás, pero antes de que la desilusión me ganara, sentí como era su mano ahora la que se posaba en mi trasero. Con suavidad y erotismo recorrió con un dedo la línea de mi tanga. Allí me di cuenta que la misma se me estaba notando a través del pantalón y que mi compañero de viaje advirtiendo que llevaba puesto ese tipo de ropa entendió mis inclinaciones, espero que también haya sido porque le gustó mi cola, pensé.-
Después del placentero recorrido de su dedo, ya no uno solo sino varios penetraron profundamente entre mis nalgas, tocándome atrevidamente el ano. ¡Ah, que placer!. Era, lo que estaba ocurriendo, lo más íntimo que había tenido con un hombre y eso me hacía sentir excitada y, por cierto que feliz. Decidí que era el momento de tomar alguna iniciativa. Me tomé fuertemente del pasamanos con una, y la otra la llevé atrás buscando el bulto de mi hombre. Cuando este sintió que mi mano tanteaba por allí, el mismo me lo colocó en la mano. Comencé lo más disimuladamente posible a magrearle, suavemente el paquete y, otra vez, con placer, advertí que lograba endurecerle la pija. Era a través del pantalón, si, pero era la primera vez que con mi caricía paraba la pija de un hombre. Mientras él me recorría con una suavidad intensamente excitante en la parte más íntima de mis nalgas. Así seguimos los dos acariciándonos hasta que el subte llegó a la estación en la ...
... que debía bajar. Con el mayor de los desencantos, porque ese momento tan lindo acababa, me dispuse a bajar. Solté el miembro de mi ocasional compañero y me acerqué a la puerta. Sentí que alguién se disponía a bajar detrás mio, pero no me atreví a mirar de quien se trataba. El subte se detuvo y bajé. Por supuesto que detrás mio lo hicieron muchas personas. Ahi traté de mirar de reojo y pude advertir que el señor en cuestión venía caminando detrás. El corazón me comenzó a latir fuertemente, y el estómago me cosquilleaba casi de forma insoportable. ¿Me estaba siguiendo?
Subí las escaleras saliendo a la calle, caminé lentamente, y fui enseguida alcanzado por esa persona.
.- Hola, dejame decirte que linda te queda la tanga –me dijo- ¿Cómo te llamás?
Quise contestarle, pero el sonido no salió de mi garganta, pero el no se apartó de mi. Al final hice un esfuerzo y le di mi nombre, el masculino y entonces el me preguntó
.- ¿No tenés otro nombre?
A partir de esa pregunté fue que como mágicamente me desaté, ya sin vergüenza o ningún tipo de miedo contesté: Mónica.-
Luego le agradecí el halago a mi ropa interior, lo que continuó con un agradable comentario sobre mi cola. Todo eso, finalmente derivó en un diálogo distendido, en el que me comentó que su nombre era Matías. Y como la conversación fue fluida entonces pude comentarle ya sin problemas mi condición de crossdresser y las cosas que hacía como tal.
La charla avanzó y al finalmente preguntó si no quería pasar ...