NUEVOS AGUJEROS 3 - Relatos Eróticos

NUEVOS AGUJEROS 3

... En este caso, fueron exquisitas madalenas, bebidas “espirituosas” y café. 
Agradecí como corresponde la amabilidad de la cena, saludé y me retiré a la habitación. Me sentía como la mierda. Esta mina debe coger con todos los “pasajeros”, con infinitos pretextos, para salvar la imposibilidad de su esposo. Lo que me parecía una buenísima compensación por mi “gentileza”, resulta una mero oportunidad por parte de Etelvina, de tener una pija a mano.
Veremos qué pasa. Luego de un par de horas…, donde dormité plácidamente…, cuando desperté se me había pasado el remordimiento… Solamente esperaba que la “cariñosa esposa” haga que se duerma su marido y venga para acá…, con el culo preparado. Supongo que sabe cómo. Yo también me preparé. Fui al baño, hice mis necesidades, me higienicé, por dentro y por fuera, y volví a la cama. Sólo dejé la pequeña lámpara de mesa como iluminación. ¡Hay tanta carne, qué no hace falta más!

Etelvina abrió muy despacio la puerta del dormitorio. Miré hacia ella… ¡Dios, se había puesto ese horrible batón!
-No te preocupés, tesoro. – Parece que adivinó mi pensamiento.
	Se agachó, tomo el batón desde el ruedo, al erguirse lo fue levantando…, y aparecieron sus opíparos jamones…, su entrepierna, los generosos labios externos de la concha, el pequeño triangulo con forma de corazón de sus pendejos, el volcán de su ombligo, las monumentales tetas…, y no vi más… De pronto, sus brazos retiraron la ropa por sobre su cabeza y Etelvina se dio vuelta. ¡A la ...

... vista el soberano culo!  
¡No quise ser menos! Retiré de golpe la sábana de mi cuerpo. ¡La recibí con la pija totalmente al palo!
-¡Papito! ¡Qué cosa hermosa! – Se tiró sobre la cama, dirigiendo su boca al choto. ¡Hasta los huevos! ¡Gloriosa mamada! ¡Para la gordita no hay término medio!
	Etelvina se acomodó para que mi mano llegara a su culo y a su concha mientras me mamaba. ¡Metí dos, tres… cuatro dedos! ¡Podría haber metido el puño!
-¡Cosita linda! ¡Qué calidad! – No quería decirle “¿con cuántos cogiste, puta?” Prefiero ser “amablemente formal”.
-Papito…, por allí salieron mis tres nenas… 
-¿Tienes tres hijas? ¿No viven con vos?
-No, están casadas…, bueno…, casadas no, pero tienen un macho que la mantiene. Viven bien, tranquilas… - Seguía mamando mientras hablaba, y yo seguía pajeándole la concha con los cuatros dedos. – Papito…, me gusta mucho como me acariciás. ¿Querés meterme los dedos en el culito?
	¿”Culito”? ¡Jajaja! Me reí para adentro pensando en su “culito”.
-No tesoro, ¡quiero meterte la pija en el culo! – Me encanta la oportunidad de hablar groseramente.
-¡Dale, dale! Lo lubriqué y todo… Me gusta mucho. Lo tengo más estrecho que la concha.  
Rápidamente se puso en cuatro. La monté de una, metiéndole el choto hasta el fondo. Entró sin ningún problema. 
-¡Mamayín! ¡Qué lindo es! ¡Maravilloso culo para enancarse!
-¡Síííí! ¡Me gusta cómo te montaste! ¡Mucho, mucho!
Bombeaba con tranquilidad, ella me acompañaba con las caderas. Me tiré sobre la espalda a ...