1. Mi hermana y mi sobrina


    Fecha: 06/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    MI SOBRINA Y MI HERMANA (I)
    
    Esta es mi historia, totalmente real. Me llamo Isabel y tengo 31 años, tengo una hermana, Sonia, que tiene 33 años y tiene una hija de 18 años, Rocio. Mi hermana es separada desde hace bastante tiempo. Nuestro padres murieron en un accidente de coche cuando éramos pequeñas y nos crió nuestra abuela que, por desgracia, murió hace dos años. El caso que es no teníamos prácticamente familia, lo que nos ha hecho vivir muy unidas. Aunque vivimos cada una en su casa, nos vemos mucho y yo suelo ir cada fin de semana a casa de mi hermana y como con ellas.
    
    En cuanto al sexo, mi abuela era una mujer muy liberal y nunca nos puso trabas al respecto y únicamente nos avisó del peligro de los embarazos no deseados. Era muy buena y la echamos mucho de menos.
    
    Yo he tenido relaciones sexuales desde muy pequeña y mi hermana igual. Lo se aunque no hemos hablado mucho del tema. Soy bisexual, por decir algo, ya que me gustan mucho más las mujeres que los hombres. De hecho, yo he follado con tres hombres y he perdido la cuenta de las mujeres, pero puedo asegurar que serán más de cien. Con todo estos quiero decir que soy una mujer muy, muy caliente y que necesito el sexo como parte fundamental de mi vida.
    
    Como es natural, después de tanta experiencia en el sexo soy bastante viciosa y no me asusto de nada. Es más, muchos aspectos del sexo me dan mucho morbo, como el incesto, por ejemplo, aunque yo no había tenido ninguna experiencia hasta hace bien poco. De ...
    ... hecho, hacía bastante tiempo que a mi hermana la veía como una mujer muy deseable a la que hubiera metido en mi cama sin ningún problema, pero nunca había expresado nada que me hubiera hecho avanzar en ese sentido.
    
    Bueno, como digo yo solía ir a casa de mi hermana con mucha frecuencia. Tanto ella como yo somos dos mujeres que se pueden considerar espectaculares. Nos consideramos muy sexys y nos gusta ir vestidas bastante provocativas. En ocasiones comentamos con risas como íbamos vestidas, que casi parecíamos putas, pero nos daba igual. Mi sobrina Rocio era con sus 18 años un auténtico espectáculo. Había heredado lo mejor de cada una de nosotras.
    
    Era bastante alta y tenía unos pechitos que crecían día a día. El culo era duro como una piedra y su tripita la aire hacía que una (o uno) no pudiera apartar su vista de esa zona justo antes del comienzo del chochito, que tanto les gusta enseñar a las niñas de ahora.
    
    La cuestión es que a mi, mi sobrina me tenía loca. Hubiera dado cualquier cosa por follármela. Como no podía ser, me conformaba con mirarla y con darle un achuchón de vez en cuando. Nos queríamos mucho y yo aprovechaba lo juntas que a veces estábamos para darle algún sobeteo de más. Ella no creo que percibiera nada.
    
    Yo tenía un vicio oculto respecto a ella que me gustaba mucho. Cuando estaba en su casa solía ir nada más llegar al cuarto de baño. Allí estaba la cesta de la ropa sucia, que para mí era un tesoro. Yo buscaba en seguida las bragas de mi sobrina y ...
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