1. Pillado en el baño del instituto


    Fecha: 09/10/2018, Categorías: Incesto Autor: remyvelez, Fuente: CuentoRelatos

    Hola. Os cuento en esta ocasión una de las situaciones más comprometidas que tuve cuando acababa el instituto.
    
    No sé si sería mi caso especial, pero yo andaba todo el día con un calentón permanente. Tanto que a menudo la visión de algún escote o de un buen culo con piernas firmes en el aula, me llevaba a pedir permiso y a salir al baño a masturbarme. Y pasaba un par de veces cada día. En esas ocasiones me metía en un W.C., me sentaba y apoyando las piernas en el marco de la puerta me pajeaba con quedos gemidos.
    
    Un mañana de los últimos días del curso, con el intenso calor murciano, un compañera que me ponía mucho me dio un masaje entre dos clases y yo me puse a mil. En cuanto pude fui al baño, con la polla doliéndome en los vaqueros.
    
    Los servicios estaban vacíos y me metí flechado a uno de ello y empecé a masturbarme pensando en sus tetazas. En ese momento entró alguien. No le di mayor importancia y simplemente seguí a lo mío. Oí que entraba en el cubículo de al lado y pronto llegó hasta mí el olor de un cigarrillo.
    
    Mi paja seguía y empecé a fantasear con asomarme al baño de al lado a ver si con suerte le veía la polla, aprovechando que estaban comunicados. Mi calentura fue aumentando y chupándome un dedo, comencé a metérmelo en mi culo por arriba. Estaba en la gloria y muy excitado, por lo que rápidamente fueron dos los dedos dentro, mientras me imaginaba la polla del de al lado. Tan cachondo estaba que reconozco que se me escapó algún gemido cuando metía y ...
    ... sacaba los dos dedos.
    
    - ¡Joder, cómo te lo montas tú!
    
    Al oír eso por encima de mi cabeza, la levanté y me vi a un chico, un año mayor que yo y cuyo nombre ignoraba, apoyado en el tabique que separaba los cubículos. Tenía dos dedos dentro de mi culo y la polla en la mano, me quedé paralizado y callado.
    
    - Y metiéndote dedos... Vaya vicio.
    
    Empecé a apoyar las piernas en el suelo murmurando una estúpida excusa mientras notaba mi cara roja como una manzana, cuando me dijo:
    
    - Eh, por mí no te pares... Parecías muy a gusto.
    
    De nuevo me quedé quieto y en un instante, el exhibicionista que hay en mí echó a patadas al sentido común y a la vergüenza, y tras mirarle a los ojos para comprobar si hablaba en serio, me recliné de nuevo y empecé a acariciarme lentamente mientras él me miraba y seguía fumando.
    
    Su mirada hizo que mi excitación creciera y me escupí en la mano para ir lubricando y acelerando el ritmo. Él no apartaba sus ojos de mí, y eso me volvía loco de morbo, así que chupé bien los dos dedos que aún sabían a mí y continué metiéndomelos como antes, en un mete y saca creciente.
    
    Le brillaban los ojos y una de sus manos desapareció de mi vista, notando por su movimiento de hombro que se estaba masturbando.
    
    - Joder, eres una puta, mírate -me susurraba.
    
    Yo asentía y seguía sin apartar la vista de él. Me sacaba los dedos y los llenaba de saliva, escupiéndome también en la mano, para continuar con mi doble paja, hasta que él me dijo: "Toma la mía" y me ...
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