1. Noches de póker (Parte 2)


    Fecha: 17/09/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Rick71, Fuente: CuentoRelatos

    ... o Marcela.
    
    No, hombre, no juegues con eso. Tú sabes que tengo esposa.
    
    No te preocupes, yo también tengo esposa
    
    Nos fuimos a bañar y quedamos de vernos la siguiente semana. Ana solo podría venir una vez al mes, así que teníamos dos semanas más para estar solos. Decidimos suspender el partido de póker de la siguiente semana, para tener más tiempo para nosotros.
    
    Cuando llegué el siguiente jueves, Marcelo ya estaba en el departamento. Desde el dormitorio me preguntó si era yo y le respondí que sí. - Puedes servir un par de tragos? Te tengo una sorpresa.
    
    Yo serví dos tragos y me acomodé en el sillón. Estas sesiones con él han sido un quiebre en nuestras rutinas. Mi vida sexual mejoró muchísimo y mi esposa estaba feliz. Nunca pensé en estar con un hombre. Nunca pensé en ser bisexual o nada parecido. Pero aquí estaba, listo para tener una sesión de sexo con mi amigo.
    
    Marcelo había entrado a la habitación, pero quien salió, no era él.
    
    Quien entró al living era una mujer rubia, maquillada. Vestida con una blusa blanca con escote que dejaba traslucir un sostén con encajes, una minifalda negra y unas medias con liguero, en sus pies, unos zapatos negros de taco no tan alto, porque se veía que tenía algunos problemas para caminar.
    
    Guau, dije yo. ¿A quién tenemos aquí?
    
    Hola, me dijo, tendiendo su manos, en la que lucía unos guantes de seda. Soy María.
    
    Marcelo se había llevado la idea de nuestra conversación la semana pasada. Y había preparado esta ...
    ... transformación para mi.
    
    Ese atuendo es muy lindo, ¿qué tal si lo modelas para mi?
    
    Esta bien.
    
    Y con eso, comenzó a caminar sensualmente avanzando con un pie delante del otro, moviendo sus caderas grácilmente. Puse música lenta, un jazz suave, y me acerqué a ella. Le tomé las manos y la atraje hacia mí, suavemente, puse sus manos sobre mis hombros y la tomé de las caderas comenzando a bailar. Estuvimos mirándonos mientras nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música, mis manos subían y bajaban de sus caderas a sus nalgas y vuelta. Ella se apretó más, nuestros rostros se juntaron, sentí su aliento y nos besamos. Por segundos, minutos, solo podía sentir su lengua junto a la mía. La calentura fue subiendo, mis manos se deslizaron bajo su falda, pero ella se alejó. Me pidió que me sentara en el sillón y luego movió otros muebles para dejar un espacio al frente. Usó su celular para escoger otra canción y comenzó a bailar, sensual, dando la vuelta y agachándose, contoneándose y disfrutando la música. Luego cambió la canción por una más lenta, bajó las luces hasta dejar solo una lámpara. Comenzó a bailar nuevamente, pero esta vez, soltando los botones de su blusa, su baile sexy y acompasado, su sonrisa maliciosa, peluca moviéndose al ritmo. Su blusa cayó a mis pies, cuando la lanzó juguetona. Luego, bajó el cierre de su minifalda y ésta cayó, dejando lucir su tanga, que hacía juego con los encajes de su sostén. Sin dejar de bailar, se fue acercando a mí y como una bailarina de club ...