Cuando la mujer que amas te da una sorpresa inesperada
Fecha: 17/09/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... el imposibilitado hombre que estaba debajo.
“Tranquilo amigo. Déjate hacer y ya. Te prometo ser profesional”, dijo el que estaba arriba.
“¡Ayuda! ¡Alguien... ayúdenme!”, grito el sometido, lo más alto que pudo.
Yamín se acercó con el celular en mano, como para encuadrar mejor la expresión de su aterrorizado rostro.
“Lo siento amigo, pero es mi trabajo, tú sabes”, Roberto dijo, y sacó un preservativo de una pequeña talega que llevaba consigo, atada a uno de sus voluminosos brazos. Se colocó el profiláctico con soltura, luego, de la misma bolsa, obtuvo un envase de lubricante que untó en su masculino miembro ya envuelto por el látex.
Roberto se inclinó hacia su oído como para hablarle en confianza.
“Mira, te voy a dar un tip, tú sólo piensa que te voy a aplicar un supositorio y que es necesario que lo aceptes por el bien de tu salud”, dijo el futuro invasor de su ser, a la vez que ya iniciaba la incursión.
“¡Hijo de tu puta madre!”, gritó el pobre hombre invadido, quien se sacudió a más no poder.
“Cálmate, relájate, si te tensas te va a doler más. Esto no es nada, apenas es la cabeza, ahora viene lo bueno”.
Las rodillas del siniestrado temblaron espasmódicamente, mientras ...
... que las del asaltante, apoyadas a los costados de su víctima, avanzaron hacia adelante.
“Ahora haz de cuenta que...”, pronunció el hombre de arriba.
“¡¡¡Aaaah...!!!”, exclamó el de abajo.
“...piensa que te estás cagando, piensa que tu excremento es tan grande que tienes que devolverlo”, aconsejó el invasor.
“¡Hijo de tu reputííísiiimaaa...!”.
La cara de Yazmín no podría estar más extasiada mientras veía consumarse su venganza en la pantalla de su celular.
En su interior, el pobre hombre que estaba siendo penetrado, experimentaba una explosión de indecibles sensaciones: estaba viviendo algo horroroso, una invasión a su cuerpo; pero también, ver a aquella mujer causante de su desgracia vestida aún en prendas íntimas, aún despertaba su libido de un modo inconsciente pese a tal situación.
“Eso es... ya ves. Ya casi está toda adentro. Ahora trátala de expulsar de poco para que... aaahhh... ¡ay, qué rico cabrón! Ya ves, esto no tiene que ser algo desagradable. ¡Qué rico me la estás exprimiendo...! Si sólo es dejar que el cuerpo siga su instinto, nada más. Déjate hacer y disfruta. Ya ves, ya hasta se te puso dura”, dijo el penetrador, que había tomado de la verga a su amigo.
FIN