1. Lujuriosa tarde de trío


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Incesto Autor: ElDuende, Fuente: CuentoRelatos

    Esto sucedió cuando el verano pasado viajé a la Capital para visitar a mi amiga Leticia que estaba estudiando medicina en Buenos Aires.
    
    Al llegar a su departamento del centro, me recibió con un cálido beso en la mejilla y un prolongado abrazo ya que hacía varios meses que no nos veíamos… cuando me condujo para el living yo me dispuse a disfrutar de la “vista”; Leticia medía alrededor de 1,70 tenía unos muslos y pantorrillas muy bien formadas producto de horas dedicadas al gimnasio que se marcaban más por los tacos que llevaba; y sin duda su cola era el plato fuerte pequeña y redonda con una firmeza admirable todo esto coronado con una melena rubia y su carita de ángel por lo que aparentaba mucho menos que sus 25 años… el meneo de su falda me hipnotizó hasta los sillones y fue ahí cuando la tuve frente a mí que noté algo extraño, Leti no se caracterizaba por tener pechos grandes, pero esa tarde se traslucían de su camisa blanca dos enormes senos y al no llevar corpiño sus pezones estaban duros como rocas debido al constante roce con la tela e iban contra la ley de la gravedad apuntando desafiantes al cielo.
    
    Charlamos por más de media hora durante la cual no pude despegar la vista de su escote, dónde se juntaban esos magníficos senos que hasta ese momento yo desconocía, esto sumado a su “juego” de cambiar de posición constantemente lo que me dejaba admirar la diminuta tanga blanca que llevaba, me estaba volviendo loco… al regresar ella de la cocina con dos cafés me ...
    ... dijo que había notado mi mirada lujuriosa durante toda la tarde y fue entonces cuando me reveló su secreto ¡se había operado los pechos!
    
    No tuve que insistir mucho para que me los mostrara, comenzó a desprenderse los botones y dejó ante mi vista una fantástico par de tetas, enormes, redondas y brillantes producto de tardes al sol. Mi miembro se comenzó a poner durísimo, luchando con mis jeans por salir… le pregunté si había perdido sensibilidad con los implantes y ante mi pregunta se acercó a donde estaba sentado y me los ofreció, sin dudarlo comencé temeroso con un suave masaje, y al ver su mueca de placer no lo pensé dos veces y con mi ardiente lengua chupé y mordisqueé uno de sus magníficos pezones mientras que intensificaba el masaje del otro pecho. Instintivamente la llevé hasta el sillón más grande y la acosté y al bajar su pollera la tanga que me sedujo minutos antes ya estaba completamente empapada, se la saque y admiré su concha cuidadosamente depilada, de labios delgados y chorreante de flujos; con los dedos me abrí paso y mi lengua desató su gemidos de placer al máximo… me encantaba chupar ese coño y frotar su clítoris; la humedad de su entrepierna era increíble entonces me dediqué unos segundos a lamer su rosado culito mientras ella se sobaba sus tetas, y al sentir sus grititos volví unos centímetros más arriba y probé los sabrosos jugos de su primer orgasmo, para este momento tenía el pene al máximo y desprendí los botones para sacarlo; sin darme tiempo para ...
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