1. Carlota, mi mujer. Clara, yo.


    Fecha: 23/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Estoy en casa de Carlota, en su habitación. Ella aún está trabajando en la biblioteca y no regresa a casa hasta las nueve de la noche. Estoy sentada en la silla de su escritorio. Como la fría noche de invierno que nos declaramos el amor que sentimos la una hacia la otra e hicimos el amor por primera vez. Desde aquella noche, me siento afortunada de ser su mujer, al igual que ella la mía.
    
    El día que conocí a Carlota fue de los mejores de mi vida. Quedé totalmente prendada de su belleza. De su profunda y brillante mirada de ojos cafés, con un aire melancólico y discretamente sensual. De su peculiar sonrisa llena de vida, que puedo recrear de noche cuando contemplo la luna en sus fases de cuarto creciente y menguante. De su blanca piel, con su rubor y visibles imperfecciones. De su largo cabello castaño y lacio con flequillo recto. De la imponencia de la expresión de su rostro con esas gafas grandes de cristales cuadrados y de montura azul marino, concretamente como estaban de moda hace unos seis años. De su alta estatura de casi 1,90. De las abundantes curvas de su hermoso y gordito cuerpo. Gordita, bien proporcionada y de complexión fuerte. De sus grandes ubres y de su opulente y gordita barriga, a la vez sexy y bien proporcionada, de sus fuertes y gorditos brazos, de sus abundantes caderas, nalgas, muslos y piernas, largas a la vez...
    
    En cambio, yo, en cuanto a altura y complexión soy todo lo contrario a ella. Mido 1,59, soy bajita y delgada. Ella, grande y fuerte. Yo, ...
    ... menuda y frágil. Además, soy blanquita de piel, tengo el cabello largo castaño siempre recogido con una cola de caballo, tengo los labios carnosos, los ojos marrones y, como ella, también llevo gafas. Soy muy femenina, ella en cambio es más medio medio. Ella lesbiana, yo bisexual con preferencia a las mujeres. Amo ese contraste entre ella y yo. Exteriormente somos diferentes, pero a la vez muy iguales interiormente.
    
    Nos conocimos un caluroso día de verano. Recuerdo que llevaba el cabello recogido con una coleta dejando ver bien su flequillo recto y que llevaba puesta una camiseta azul de tirantes anchos revelando discretamente su precioso escote, en el que se podía entrever un sujetador negro, unos pantalones tejanos cortos de medio muslo que revelaban muy bien sus curvas y unas chanclas negras de cuero y plataforma de cuña con las que tengo tanto fetiche. Mi cuerpo ya empezaba a reaccionar ante ella. La deseo a reventar desde aquel día que la conocí. Desde aquel día no hay día que mi cuerpo no reaccione pensando en ella, hasta, literalmente, el orgasmo.
    
    No solo me encandilé de su físico, sino también de su personalidad, de su manera de ser conmigo. Noble, inteligente, tímida e introvertida pero a la vez muy cariñosa y sensible... Su triste mirada... Revela un pasado duro y una constante lucha para encajar en este mundo. Asperger como yo. Desde el día que conocí a Carlota supe que, si la vida me regalaba la oportunidad de conocerla en profundidad y de estrechar un lazo ...
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