El reencuentro con el lector
Fecha: 25/09/2023,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos
... quién era el remitente. Alejandro. Una nota acompañaba los dos regalos: “Para nuestro próximo encuentro, quiero que lleves los dos. O que no lleves nada.”
Mis colegas estaban entrando en la oficina. Guardé todo rápidamente en el cajón de mi escritorio, tratando de disimular mi perturbación mientras los saludaba. Me acordé que le había confesado donde trabajaba y me encantaba la delicada atención de mi lector favorito.
Esperé que mis colegas se fueran a almorzar, me excusé diciendo que no les seguía porque que quería terminar un correo importante. Toda la mañana había estado con ganas de abrir el cajón y probar lo que contenía. Apenas salieron que me fui al baño con mis regalos. Bajé mi pantalón y mi calzón, no se había secado de toda la mañana. Lo cubría una continua película transparente y viscosa, que se quedaba largamente en los dedos cuando se la tocaba. Siempre había lubricado con abundancia y calidad. Estaba arrecha y quería que Alejandro lo supiera y, evidentemente, volverlo loco con un par de mensajes y de fotos. Recogí un poco del jugo que tenía entre los labios de mi vagina y lo apliqué en mi ano, jugando un poco con él para empezar a relajarlo. Como el plug era muy frío, lo chupé para calentarlo, como lo había visto en algunos videos porno. Entre el plug en la boca y mi ano que se ablandaba con una facilidad desconcertante, me sentí muy zorra. La zorrita de Alejandro, parada al lado del inodoro, su pantalón y su calzón en los tobillos, arqueada, empapada y ...
... las piernas abiertas. Apurada y lista para él. Cuando me pareció que el plug había alcanzado una temperatura cercana a la de mi cuerpo, lo llené de saliva y lo presenté a la entrada de mi culo. Nunca había llevado este tipo de juguete.
Por suerte, su tamaño era para principiantes y mi culo para confirmados... No tuve mucho problema para ponerlo en su sitio. Presioné mi ano con su punta que me abrió progresivamente. Me encantaba esta sensación y no pude evitar empezar a tocarme. Lo mantuve unos segundos casi metido, para disfrutar de cómo me estiraba su parte más ancha, y lo dejé entrar por completo. Estaba perfecto, lo sentía lo suficiente para darme un morbo terrible y no me molestaba. Miré en la pantalla de mi celular, puesto en modo cámara. Entre los dos globos blancos de mis nalgas brillaba un insolente diamante. Mis dos lunares más secretos, que algunos conocen, tenían una compañía de lujo. Saqué el calzón que había puesto en el bolsillo de mi pantalón y me lo puse. Me quedaba perfecto, el encaje muy fino era suave y su forma resaltaba las curvas de mis nalgas. Comprobé que, además de ser un amante increíble, Alejandro tenía buen gusto. Saqué una foto de mi culo y se la mandé, sin más comentario que “Me voy a venir con los dos puestos ahora mismo” y una carita que mandaba un beso. La transparencia de la tela fina dejaba adivinar sin dificultad el brillante del plug que tenía metido. Sin esperar su respuesta, me acaricié el clítoris más fuerte y rápido, mis dedos se ...