1. El parque


    Fecha: 25/09/2023, Categorías: Voyerismo Autor: MorboProfundo, Fuente: CuentoRelatos

    Voy al parque de al lado de casa, para dar un pequeño pasero y desconectar un poco del curro. Hace un día soleado y veo a una mujer muy atractiva sentada en uno de los bancos. Sin pensármelo dos veces me siento en el banco que está a unos cinco metros frente al suyo y me dispongo a disimular ojeando el periódico. Ella está leyendo una revista, lleva gafas de sol, es morena, delgada, pero con buenas formas, y sus piernas son extraterrenales: bien moldeadas, elegantes y las medias negras que lleva le dan un toque de mucha clase. Viste una minifalda también negra, que deja al descubierto buena parte de su muslo izquierdo (está cruzada de piernas), una chaqueta granate y una blusa blanca. Sus labios están perfectamente delineados por el carmín rojo caoba y lamento por no poder ver sus ojos. Además, las gafas de sol suponen un contratiempo para mi labor de espionaje, porque no acierto a saber cuándo me está pillando, o cuándo puedo mirarla tranquilamente porque ella dirige su vista hacia otra parte.
    
    Creo que se ha dado cuenta de mi interés mucho antes de lo que yo me imaginaba y eso me turba. Ella parece animarme a seguir observándola cuando cruza las piernas en el otro sentido con un gesto muy sensual. En ese momento, ella gira la cabeza, como mirando a su derecha y se humedece los labios con una actitud que pretende ser de ensimismamiento. Ante tal espectáculo, siento que alguien llama a la puerta de mi bragueta: se trata de mi polla que despierta de su letargo matinal. La ...
    ... dureza de mi paquete hace que tenga que cambiar de posición y la mujer vuelve a percatarse de mi situación. Ella no puede evitar una ligera sonrisa y entonces yo ya la miro sin ninguna vergüenza intentando descubrir de qué va la guapita esta.
    
    La mujer vuelve a enfrascarse aparentemente en la lectura de su revista y yo no me decido a prestar atención al periódico (una atención por otra parte que nunca existió). La bella comienza distraídamente a rascarse el lateral del muslo de la pierna, por encima de las medias, y veo como, poco a poco, la mano va subiendo y ganando milímetros a la minifalda. La excitación recorre todo mi ser y casi me caigo del banco cuando me doy cuenta que la media se ha acabado y lo que aparece ante mis ojos es una maravillosa piel blanca y el tirante negro de lo que parece ser un liguero. La mujer, me mira directamente (o al menos eso creo a pesar de las gafas) y yo me escondo parcialmente tras el periódico, aunque sólo por un segundo.
    
    Recupero mi campo visual favorito, ella esboza otra leve sonrisa y con el mismo aire distraído de antes descruza las piernas, las abre un poco (estilo instinto básico), alcanzo a ver un triángulo de tela blanca que contrasta con el negro de la minifalda y las medias y cruza las piernas de nuevo en la otra dirección. Mi ataque de cachondez y ansiedad me impelen a encenderme un cigarrillo y dejo definitivamente el periódico en el banco para dedicarme exclusivamente a una de mis pasiones favoritas: MIRAR. A esta tía está ...
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