Bodas de oro
Fecha: 27/09/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
... copas en las bellezas que nos atrajo”, dijo Saúl tomando una chiche y remojó el pezón en su copa; los demás hicieron lo mismo. “Después les mostraré lo que nos ha retenido.
Brindamos y de inmediato Saúl me levantó con ternura, pero me bajo todo el vestido. Entonces entendí por qué me había pedido que no trajera ropa interior. Quedé sólo con la pulsera y la argolla que me regaló Joel, así como unos pequeños aretes que me dio Roberto, aditamentos que me coloqué ese día para recordarlos también a ellos.
“Antes de felicitarla con un cálido abrazo, les pido que se pongan tan cómodos como lo está ella” dijo y empezó a desnudarse, los demás hicieron lo mismo. “Feliz aniversario, mi Nena”, dijo Saúl con la verga erecta metiéndola entre mis piernas al darme un abrazo. Eduardo, quien no se había desnudado, les indicó con un ademán a Pablo y Othón que pasaran a felicitarme. Mientras ellos me felicitaban como lo hizo Saúl, Eduardo abrazó a mi esposo y le dijo “Felicidades”, al terminar eso, se desvistió rápido y me felicitó metiéndome la verga cuando me cargó al abrazarme. “Mi mujer sigue tan hermosa como hace 50 años” dijo al separarse de mí.
De inmediato, Joel por atrás, en el ano para recordarme quién me lo estrenó, y Pablo por adelante, en la vagina, me abrazaron metiéndome sus miembros y me franelearon muy rico, viniéndonos los tres casi al mismo tiempo. Después de ellos, Saúl y Eduardo me abrazaron, pero los dos entraron por la vagina. ¡Me sentía una muñeca de plástico, ...
... mis pies no tocaban el suelo una mano en una chiche, otra en una nalga. Saúl mamando la otra chiche y, desde atrás, girándome la cabeza, Eduardo me besaba. ¡Otra venida simultánea! Y me acosté boca abajo en la alfombra.
Después sentí una lengua en cada nalga que se deslizaron una al ano y otra a la vagina mientras mis piernas se abrían y giraba mi cuerpo. Seguía sintiendo las serpenteantes lenguas abajo y luego dos bocas, una en cada teta. Al rato, Pablo me cargó y me sentó en sus piernas… Sí, ¡me penetró limpiamente!, pero cómo si no, mi vagina estaba llena de semen. Me besó. Nos abrazamos y me moví en círculos, orgasmo tras orgasmo hasta que Pablo se vino.
Descansaba en la verga flácida de Pablo, quien seguía abrazándome, y sentí a Eduardo y Othón, uno en cada pierna, besándome y lamiendo mis pies. Saúl me jaló suavemente de los pelos y volteó mi cabeza hacia arriba para besarme, su lengua navegaba dentro de mi boca cuando sentí la succión de Pablo en mis pezones, los había juntado y me estiró las tetas hacia arriba para mamar en mejor posición. Casi cinco minutos sintiendo cuatro bocas. Al primer respiro les pedí unos minutos de tregua para comer algo y pedir vino. Eduardo le señaló la cava a Joel para que escogiera la botella y tomó el sacacorchos. Vasos y no copas para el vino.
–¡Salud por mi Nena puta! –dijo Saúl y los demás lo secundaron –aunque me falta el semen de otros dos en este atole, para disfrutar de un coctel completo, me perdonarán que yo empiece a ...